CAPÍTULO 5: LA FIESTA
TORONTO,
CANADÁ
INT. /
MANSIÓN WINCHESTER, SALÓN / DÍA
Rebeca, acompañada por Miriam quien ya ha sido
dada de alta, le cuenta a toda la familia lo ocurrido en el hospital.
Michael: ¿Por qué no me llamaste? De haberlo
sabido habría ido a buscarlas al hospital.
Rebeca: Como lo oyen, ha sido horrible… horrible…
(Angustiada)
Betty: ¡Pero válgame Dios, señora! ¡Pudo haber
muerto!
Paula: Ay por favor… que horror. ¿Se sabe qué fue
lo que pasó?
Rebeca: Fue un coche un bomba, en la calle, justo
enfrente del edificio.
Michael: ¿Están bien, mi amor? ¿Qué te pasó en la
frente?
Rebeca: Nada, no es nada, un leve corte de un
cristal cuando estallaron las ventanas del hall del hospital.
Miriam: Yo estaba en mi habitación arriba y
escuché la explosión.
Cheryl: Yo acabo de enterarme por las noticias,
de casualidad tenía encendida la tele para ver “Volver a querer” y…
Michael: Gracias a Dios que no les ha pasado
nada. (Abrazando a Miriam)
Paula: Qué bueno que estén bien, Rebeca… Miriam,
cariño…
La niña se abraza a Paula, aún asustada.
Paula: ¿Cómo estás princesita? ¿Ya mejor? Me
alegro mucho de que estés de nuevo en tu casa, con tu familia.
Miriam: Yo también, Paula… ¿Es verdad que te vas
a regresar a México?
Paula: Bueno… este…
Michael: Aún no, Miriam, Paula se quedará unos
días más con nosotros. ¿Verdad Paula?
Tanto Michael como Paula se miran con
complicidad, ambos están liados como bien sabemos pero nadie conoce su secreto.
Rebeca: Ven, mi amor… Seguro tienes hambre.
¿Betty, podrías prepararle algo a la niña, por favor?
Betty: Por supuesto señora Rebeca… ¡Rauda y veloz
como una flecha! (Sale disparada para la cocina)
Miriam: Jajaja. ¡Pero Betty, espérameeee!!
(Sonríe y va tras ella)
Rebeca: Me hace tan feliz ver que Miriam ya está
mejor… Estoy tan contenta, mi amor. (Mirando a su marido)
Michael: Yo también cariño… (Se besan)
En ese momento Paula les mira mal… celosa… pero
ni siquiera Cheryl se da cuenta. Escuchamos música incidental.
INT. / CASA QUINTANA, SALÓN / NOCHE
En casa de Richard, él y su familia están cenando
sentados a la mesa en compañía de John a quien han invitado esa noche.
John: La verdad no te tenías que haber molestado
Kate… yo puedo arreglármelas sólo en casa.
Kate: Anda, anda, que seguro ni sabes freír un
huevo, igual que Richard.
Richard: ¡Oyeee, que yo sé preparar algunas
cositas, eh!
Cinthia: Jajaja. Papá, no mientas, si se te quema
hasta el agua.
John: Jajaja.
Richard: ¡No se rían, desgraciados! ¡Kate está
mintiendo, John, no la hagas caso!
Kate: Un día dejó una sartén al fuego con unas
croquetas, se puso a ver un partido de béisbol en la tele y cuando me quise dar
cuenta…
Cinthia: Croquetas calcinadas… (Se burla)
John: Jajajaja. (Se ríe a carcajadas)
Kate: Negras como el carbón… jajaja. Qué desastre,
encima saltó la alarma de incendios de la cocina, tú no veas John… hasta
vinieron los vecinos por si había un incendio.
Richard: Ja-ja… qué exagerada… (Molesto) No fue
para tanto…
Kate: Hombres… (Se burla)
John: Jajaja. A mí todavía no me ha pasado algo
así pero un día…
En ese momento suena su teléfono móvil, John lo
toma de la mesa y se levanta para contestar.
John: Con permiso… ¿Sí?
Al otro lado del teléfono su esposa Bárbara le
habla desde Jamaica.
Bárbara: Hola mi amor… ¿Cómo estás?
John: Hola Bárbara, aquí en casa de Richard. Me
invitaron a cenar. (Sonríe)
Bárbara: Bueno, qué bien… llamaba para decirte
que llegué hace una hora a Kingston. Estoy en el pasillo del hospital, acabo de
ver a mi madre.
John: ¿Y qué tal? ¿Cómo está Helen?
Bárbara: Regular… así que me quedaré toda una
semana por acá hasta que la den el alta.
John: Ok, no hay problema, tómate el tiempo que
quieras. Pero… ¿Y la floristería?
Bárbara: Nada, no te preocupes… dejé un cartel de
cerrado por enfermedad. Además ahora que pasaron los Santos bajaron las ventas,
ya sabes.
John: Bueno pues ya me contarás como evoluciona
tu madre, entonces. Yo en cuanto cene me marcho para casa.
Bárbara: Ok, cuídate… nos vemos pronto. Un beso,
mi amor.
John: Un beso, chao. (Ambos terminan la llamada)
Richard: No le dijiste nada del atentado del
hospital…
John: ¿Para qué para preocuparla? Además no creo
que haya visto las noticias allá en Jamaica. Seguro no han dicho nada en
televisión. No hubo víctimas mortales, fue más el susto que otra cosa.
Kate: ¿Se sabe quienes han sido los autores?
John: Dicen que un grupo terrorista de esos…
INT. / MANSIÓN WINCHESTER, SALÓN / NOCHE
Michael está tomándose una copa de licor sentado
en una butaca, mientras Rebeca está sentada en el sofá leyendo un libro.
Michael: Podían haber muerto en ese atentado… Y
todo por esos malditos moros de mierda… No los puedo ni ver.
Rebeca: En las noticias dijeron que se trata de
un comando islamista de esos, al parecer han atentado también en algunas
ciudades de Estados Unidos, dicen.
Michael: Y tú de amiga de uno de ellos… Deberías
mantener las distancias con ese tal John… No me da buena espina ese tipo.
Rebeca: Estás loco, Michael, no sabes ni lo que
dices… John no tiene nada que ver con esa gente, no compares por el amor de
Dios.
Michael: ¿No que su padre era iraní? Pues lo
llevan en los genes, son todos unos terroristas y unos asesinos. Deberían
colgarlos hasta que no quedara ni uno.
Rebeca: ¿Pero tú te estás escuchando Michael?
(Cerrando el libro, lo deja en la mesita) En serio jamás pensé que fueras tan
racista… Mira, esa gente son una minoría, no puedes juzgar a todos los árabes
por lo que haga un grupo de locos enfermos.
Michael: A ti lo que te pasa es que ese morito te
ha lavado el cerebro, te has hecho tan amiga de él que no quieres ver la
realidad.
Rebeca: ¿La realidad, qué realidad? Si no sabes
ni lo que dices, Michael.
Michael: ¿Ah no? (Dejando la copa en la mesa) Ese
tipo es un moro, y los moros son todos iguales, digas lo que digas. Lo que pasa
que claro… como el tipo es bien parecido estás embobada con él. Eso es lo que
te pasa.
Rebeca: No te consiento que me hables así… ¿Pero
qué demonios estás insinuando? ¿Qué tengo algo con John o qué? Mira Michael, te
estás pasando ya… ¿Eh? (Enojada)
Michael: Yo sólo digo que no sigas tanta amistad
con ese John, no me gusta, de hecho ningún moro me agrada. (Tomando la copa de
la mesa de nuevo)
Rebeca: Y dale con los moros… Mira me voy a la
cama, porque ya me tienes harta. El otro día igual… (Se levanta del sofá y se
va muy molesta)
Michael: Como me entere que tienes algo con ese
moro de mierda, te juro que… (Apretando la copa hasta romperla en pedazos)
Escuchamos música incidental.
INT. / MANSIÓN WINCHESTER, DORMITORIO DE MIRIAM /
NOCHE
Paula está sentada en la cama de Miriam
terminando de leerle un libro de cuentos. La niña la escucha sonriente, con su
pañuelo aún en la cabeza. Paula termina el libro y…
Paula: Ya es hora de dormir, princesita… (Sonríe)
Miriam: Me gusta como cuentas los cuentos Paula…
(Sonríe)
Paula: Lástima que pronto me tenga que ir, mi
amor… La verdad estoy muy contenta de haberte conocido, cariño.
Miriam: ¿Por qué no te quedas con nosotros? No
quiero que te vayas…
Paula: Como turista sólo puedo estarme tres meses
en este país, luego me deportarían, Miriam.
Miriam: Pues al menos quédate esos tres meses,
luego ya se verá. ¿Sí, porfa?
Paula: Bueno ya veremos… ahora a dormir mi niña… ¿Cómo
te sientes?
Miriam: Cansada… odiaba la quimio. ¿Sabes? Se me
cayó todo el pelo… (Triste)
Paula: Bah, pero eso no es nada, Miriam, eso sale
de nuevo. Ya verás como en unos meses vuelves a tener el cabello largo, largo…
largo. (Sonríe)
Miriam: ¿Así como el tuyo? Es que me encanta tu
pelo, Paula. Es tan bonito.
Paula: Ay pues muchas gracias… (Sonríe)
Miriam: Gracias por ayudarme, Paula. En serio.
(Sonríe tierna)
Paula: De nada, mi vida… (La niña la abraza)
La mexicana no dice nada, se deja abrazar. En el
fondo a pesar de que es una interesada comienza a sentir cariño por la niña, y
es que no deja de ser su madre biológica y por mucho que la negara en su día,
bien dicen que la sangre llama. Paula se encuentra en una situación que ella no
esperaba, y es que se está encariñando con su propia hija. Y lo que es peor
aún, Miriam se ha encariñado mucho con ella.
AL DÍA SIGUIENTE
INT. / RESTAURANTE / DÍA
Rebeca y John conversan mientras almuerzan en un
restaurante del centro de Toronto. Ambos se miran y sonríen, mientras continúan
la charla.
Rebeca: Te debía la comida… ¿Recuerdas? Con lo
que pasó ayer en el hospital no pudo ser
pero…
John: Gracias Rebeca, no tenías que haberte
molestado.
Rebeca: Quería agradecerte lo bien que te has
portado con lo de Miriam. Eso es todo, John.
John: No tienes nada que agradecer, es mi
trabajo. Cambiando de tema… ¿Has pensado lo que te dije de asumir la dirección
del hospital?
Rebeca: Sí, lo he pensado pero no he tomado
todavía ninguna decisión al respecto, si te soy sincera.
John: Deberías aceptar… Larry está ahora de
suplente mientras encuentran al candidato ideal pero tú eres la mejor opción
para el hospital y lo sabes. Tu padre dejó el listón muy alto.
Rebeca: Antes debo consultarlo con mi marido…
Como te dije, Michael…
John: ¿En serio consultas todo con tu esposo?
(Extrañado)
Rebeca: Bueno casi todo… ¿Por qué?
John: Porque no te hacía de esa clase de mujeres…
Rebeca: Oye, a ver si te piensas que soy tonta.
Sólo que me gusta consultar esas cosas con él. Aunque si te digo la verdad…
Anoche tuvimos casi una discusión.
John: ¿Por qué? ¿Qué pasó si puedo saber?
Rebeca: Sobre el atentado… Michael detesta a los
árabes… a todos… Está lleno de prejuicios. ¿Sabes?
John: Imagino que yo no le caigo bien entonces…
Rebeca: No, nada bien… pero la verdad, me da
igual lo que él diga.
John: ¿En serio? No te importa ser amiga de un
árabe terrorista en potencia… (Se burla) Mira que como me estés mintiendo irás
a la hoguera de los infieles… (Sonríe)
Rebeca: Jajaja. Deja de decir bobadas, idiota… (Sonríe
avergonzada) Me haces reír… Qué cosas tienes.
John: Jajaja. Es que ya me imagino a Michael
despotricando sobre nosotros y me da la risa. Mira Rebeca, yo no he estado en
Irán pero si conozco mucho acerca de la cultura de mi familia paterna. La
comida, la música… montón de cosas.
Rebeca: ¿Y eres musulmán? Perdona que te pregunte…
John: Buena pregunta…
Rebeca: ¿Lo eres? Oye que no tengo ningún
problema con eso…
John: Digamos que no soy muy practicante… en mi
casa siempre nos criamos en un ambiente un poco más… abierto, por así decirlo.
Mi padre si era musulmán practicante y yo fui a mezquitas varias veces, de
hecho alguna vez voy.
Rebeca: Entonces lo eres…
John: Sí. Pero tranquila que si estuviera casado
contigo ni te iba a atar a la pata de la cama ni te iba a poner un burka ni
nada de eso… (Se burla)
Rebeca: Jajaja. Estás loco. (Sonríe dulce)
John: Jajaja. Deberías ver la cara que has puesto
antes… La verdad mi esposa se casó conmigo aceptando mis creencias y la cultura
de mi familia paterna.
Rebeca: Ya veo… Se ve que la quieres mucho… a tu
mujer, digo.
John: Ultimamente hemos tenido algunas diferencias.
Bárbara quiere ser madre pero yo creo que no es el momento. No tengo plaza fija
en el hospital y cualquier día me pueden trasladar o…
Rebeca: Entiendo… Bueno ya llegarán los niños, no
te preocupes. Seguro Bárbara lo entenderá.
John: Ahora está en Jamaica, fue a visitar a su
madre que está enferma.
Rebeca: Ay, cuánto lo siento… (Apenada)
John: Vuelve la semana que viene, me parece.
¿Sabes? Me gusta que seamos amigos.
Rebeca: A mí también, John. Y todo por lo de
Miriam, parece mentira.
John: Bueno bien dicen que no hay mal que por
bien no venga. ¿Cierto? (Sonríe) Al menos la niña ya está mejor, poco a poco se
irá recuperando del todo, ya vas a ver.
Rebeca: Sí… ojalá que sí. (Sonríe)
John: ¿Pedimos ya los postres? ¿Te parece?
(Sonríe)
Rebeca: Sí, claro, por mi si. (Sonríe)
John: ¡Camarero! (Llamando al mesero)
DÍAS DESPUÉS
INT. / HOTEL, HABITACIÓN / DÍA
Paula y Michael están en la cama de una habitación
de hotel, el villano y la mexicana siguen con su aventura en secreto. Después
de haber hecho el amor, ambos conversan desnudos entre las sábanas.
Michael: Me siento culpable por lo que estoy
haciendo, Paula…
Paula: ¿Te arrepientes?
Michael: No, claro que no pero… no sé… ¿Sabes
algo? Mi relación con Rebeca ya no es la que era.
Paula: Me imagino… tal vez lo de la niña la haya
cambiado, no sé.
Michael: Pero tampoco quiero perder a mi familia…
Yo adoro a mi hija.
Paula: Pero creo que ya no amas a tu mujer… De lo
contrario no habría pasado todo esto entre nosotros, Michael.
Michael: Lo sé, tienes razón pero… ¿Qué vamos a
hacer?
Paula: Mira Michael, si tú quieres lo dejamos
así, yo me regreso a México y aquí no ha pasado nada.
Michael: No… no te vayas… ahora no.
Paula: ¿Por qué?
Michael: Porque creo que me estoy enamorando de ti…
Paula…
Paula: ¿Estás hablando en serio, Michael? (Pensando: Bien… )
Michael: Sí, totalmente… hace tiempo que no
sentía esto por una mujer, al principio creí que sólo era una atracción pero…
Paula: Yo también he empezado a sentir cosas por ti,
Michael… pero creo que lo nuestro no puede ser.
Michael: No digas eso, por favor.
Paula: Tú estás casado con Rebeca… no está bien
lo que le estamos haciendo, mi amor.
Michael: Dame tiempo, no te vayas a México…
podemos estar unos meses así y luego… no sé… ya veremos.
Paula: No quiero ser la otra eternamente,
Michael. Si realmente sientes algo por mí como me has dicho antes… tienes que
decidirte.
Michael: Pero Paula…
Paula: Lo siento Michael, esto no es nada
agradable para mí. Me siento sucia… me siento… como si estuviera traicionando a
Rebeca. (Pensando: Lo que menos me importa esa estúpida…)
La joven se levanta de la cama y se empieza a
vestir.
Paula: Debo irme para la casa, no podemos llegar
juntos o podrían sospechar. Y Betty me tiene en el punto de mira. Esa vieja no
es tonta, Michael. ¿Te has dado cuenta como me mira en la casa?
Michael: Lo sé, sé como es de suspicaz. Por favor
no le digas nada de esto a Rebeca… yo encontraré una solución pero dame tiempo.
¿Está bien?
Paula: Tres meses, Michael, lo que dura mi
permiso de estancia en Canadá, después me tengo que regresar a México y lo
sabes. (Se termina de vestir y se va) Chao…
La mexicana se marcha cerrando la puerta de la
suite. En la cama, Michael se queda pensativo y es que Paula le ha engatusado
de tal manera que el muy idiota ha caído en su trampa sin darse cuenta.
EXT. / CALLE / DÍA
Betty pasea por el centro de Toronto provista de
un par de bolsas de unos grandes almacenes cercanos cuando ve a Paula salir de
un lujoso hotel. La mexicana se sube a un taxi. Betty no puede creer lo que ve…
La mujer habla consigo misma.
Betty: ¿Paula? No puede ser… ¿Qué hace la tipa
esa saliendo de un hotel cuando tiene techo en casa de los señores? Esto está
muy raro… pero que muy, muy raro…
KINGSTON, JAMAICA
INT. / PELUQUERÍA / DÍA
Bárbara está en el sillón de una peluquería de
señoras de la capital jamaicana. La mulata conversa con la peluquera, una chica
joven también mulata y con el cabello recogido en una coleta. Mientras, Bárbara
se mira en el gran espejo de pared. Las dos mujeres hablan mirándose en él.
Chica: ¿Qué quieres hacerte? ¿Cortarte las
puntas?
Bárbara: No, nada de eso… Quiero un cambio
radical, mi reina… Necesito impactar a mi marido cuando regrese a Canadá…
(Sonríe sensual) Creo que me vas a realizar un cambio de color y…
Ambas siguen la conversación.
TORONTO, CANADÁ
INT. / CASA QUINTANA, SALÓN / NOCHE
Rebeca ha acudido a una fiesta en casa de los
Quintana, acompañada de Betty. En la vivienda también está John. Vemos a
Richard, Kate, Cinthia y Miriam.
Kate: ¿Cómo no vino Paula, Rebeca?
Rebeca: No se sentía muy bien, dijo que le dolía
la cabeza.
Richard: Qué pena…
Miriam: Gracias por organizar esta fiesta. Me
encantan los globos.
Cinthia: Queríamos darte una sorpresa, por estar
ya casi curada, amiga. (Sonríe)
John: Fue idea de Cinthia. ¿Qué te parece,
Miriam?
Miriam: ¡Genial, John!
Richard: Que tal si ponemos algo de música… ¿Les
parece?
Betty: Ay sí… que me encanta el bailongo… Algo
movidito, for please.
Kate: Jajajaja. Yo me encargo, voy a poner
primero una que le gusta mucho a John.
Richard: ¿Bailamos Betty? (Tomando del brazo a la
vieja)
Betty: Bailamos… (Sonríe)
Richard: Jajaja.
Cinthia: ¡Miriam, ven conmigo a la cocina, vamos
por más patatas fritas y coca cola!
Miriam: ¡Vamos!
Ambas niñas se van corriendo, Kate pone la música
en la minicadena. Comienza a sonar una canción pop en árabe, del cantante
kuwaití Abdelaziz Kassar.
John: ¿Nunca habías escuchado música en árabe,
Rebeca? (Sonríe)
Rebeca: No… la verdad que no… (Sonríe)
John: Ven… ¿Quieres bailar conmigo?
Rebeca: Ay no sé… (Avergonzada)
Betty: ¡Dele señora, a mover el esqueletooooo!!
(Bailando con Richard)
Richard: Jajaja. ¡Que me está pisandooo!!!
Jajaja.
John: Jajaja. ¿Qué dices? ¿Quieres? (Mirando a
Rebeca)
Rebeca: Vale, está bien… pero que conste que no
se como se baila esa música. (Sonríe)
John: Tú sólo déjate llevar y ya está…
En ese momento cuando comienza el estribillo de
la canción, Rebeca y John comienzan a bailar. La pareja sonríe y se divierte a
ritmo de la música. Al poco llegan Miriam y Cinthia con más refrigerios. Kate
se parte de risa viendo a su marido bailar con Betty en la sala. Mientras
tanto, Rebeca y John siguen bailando y mirándose entre sonrisas de complicidad.
En ese momento aparece en la sala de la casa Bárbara, quien luce un nuevo look. La esposa de John enfurece al encontrarse a su marido bailando con Rebeca. Richard apaga la música. Todos miran a Bárbara.
Bárbara: ¿Se puede saber qué diablos está pasando aquí, John? (Mirando mal a su marido y a Rebeca)
Escuchamos música incidental.
CONTINUARÁ...
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