jueves, 12 de noviembre de 2015

Capítulo 7

HERIDAS DEL CORAZÓN
CAPÍTULO 7: MÁS QUE AMIGOS


Hoy con la actuación especial de
Jeff Hephner como Larry




TORONTO, CANADÁ

INT. / CASA HASSAN, DORMITORIO DE JOHN Y BÁRBARA / NOCHE

John está haciendo sus maletas las cuales están sobre la cama matrimonial, nuestro protagonista guarda ropa de manera desordenada en ellas. En ese momento aparece por la puerta de la habitación su esposa Bárbara.

 photo 14460740693110168159_zpsgerrcxkg.jpg photo 14469624202768854740_zpsnofm12mf.jpg

Bárbara: ¿Se puede saber que demonios es lo que estás haciendo, John? (Molesta)

John: ¿Qué no lo ves? Me largo de esta casa…

Bárbara: ¿Qué? ¿Cómo es eso de que te vas? Ay mi amor, por favor… perdóname, sé que estas muy enfadado por lo de mi pasado pero… no es para que…

John: ¿Enfadado? No estoy enfadado Bárbara, lo que estoy es decepcionado. Me engañaste. Cuando me conociste en aquel viaje que hice a México me dijiste que trabajabas en una floristería del DF, pero ya veo que era todo un cuento chino.

Bárbara: Por favor, cariño… escúchame.

John: No tengo nada que escuchar, ya sé todo lo que tenía que saber. (Cerrando las maletas)

Bárbara: Yo te amo, John, perdóname. Sé que lo que hice no tiene nombre, que no estuvo bien pero… Razona, por el amor de Dios, si te hubiera dicho que era prostituta… ¿Te habrías casado conmigo? Dime la verdad.

John: No lo sé, no puedo ponerme a pensar ahora en lo que pudo o no pudo ser.

Bárbara: No lo habrías hecho y lo sabes, eres un tradicional en el fondo, no dejas de ser musulmán.

John: Ya estabas tardando en sacar a relucir eso… Lo que faltaba.

Bárbara: Es la verdad, tu padre no estaba de acuerdo en que te casaras con una mujer no musulmana y encima negra como yo.

John: Qué tendrá eso que ver, Bárbara. Mi padre no estaba de acuerdo porque era de otra época y sí, era musulmán y quería que su hijo viviera según sus costumbres pero no lo hice. No me importó que fueras cristiana, así que no mezcles una cosa con la otra. ¿Quieres?

Bárbara: En el fondo todos los de tu religión son iguales, unos machistas que sólo quieren a la mujer virgen en el matrimonio… Que lo sé yo. Nacerías en Canadá, John, pero en el fondo eres como todos ellos. Lo llevas en los genes.

John: ¡Cállate!! No te consiento que me hables así. Esto se acabó. (Tomando sus maletas se marcha)

Bárbara: Perdona John, no quise decirte eso, es que… es que me hiciste enfadar, me sacas de quicio y ya no sé ni  lo que digo.

Ambos van hacia el salón de la vivienda, Bárbara sigue a su marido quien va con las dos maletas y el maletín con su ordenador portátil.


INT. / CASA HASSAN, SALÓN / NOCHE

John: Ahora no intentes arreglarlo… Te casaste conmigo aceptando mis creencias, la cultura de mi familia paterna y ahora me vienes a decir toda esa sarta de… de estupideces. Jamás pensé que fueras así.

Bárbara: Ya te he pedido disculpas John, por favor… No quería decir eso, mi amor, no te vayas… Esta es tu casa.

John: Esta casa la alquilamos entre los dos, pero el que se va soy yo. A partir de ahora tú verás como te las apañas para pagar la renta cada mes porque no pienso volver. ¿Entendiste? Esto se acabó.

Bárbara: ¿Pero donde vas a irte, John? ¿Estás loco? Son las diez de la noche…

John: Me voy a casa de Richard, y no se te ocurra ir a buscarme porque no respondo. ¿Está claro? No quiero hablar contigo más.

Bárbara: ¡Pero John! (Le toma de un brazo)

John: ¡Suéltameee!! (Se revuelve y se zafa de ella)

Acto seguido John abre la puerta de la casa y se marcha cargando ambas maletas y el maletín del laptop. El médico se va dejando a su esposa con la palabra en la boca, muy enfadada. Bárbara da un portazo y rompe a llorar.

Bárbara: ¡Maldita sea!  (Furiosa, entre lágrimas) ¡Eres un imbécil John! Juro por Dios que voy a descubrir quien te envió esas dichosas fotografías y lo voy a matar… ¡LO VOY A MATAR! Así sea lo último que haga, vas a regresar conmigo mi amor… yo te amo John, te amo… (Llorando desconsolada)

Y es que aunque en un principio Bárbara buscaba salir del prostíbulo mexicano y enredó a John por interés, con el tiempo se fue enamorando de él, hasta el punto de que está casi obsesionada con su marido, lo cual la puede convertir en una mujer mucho más peligrosa de lo que ya creíamos…


DÍAS DESPUÉS
INT. / HOSPITAL DE TORONTO, CAFETERÍA / DÍA

Richard y su esposa Kate conversan sentados a una de las mesas mientras se toman sendos cafés con leche.

 photo 14457939131133866873_zps8kzglxix.jpg photo 1446033838214292900_zpsvzzwap34.jpg

Kate: Todavía no me lo puedo creer… Bárbara prostituta, sigo alucinada.

Richard: Y luego le montó un show de celos y moral a Rebeca en casa el otro día… Está loca. John ha hecho bien en dejarla.

Kate: No puedo creerlo… en verdad que no, nos tenía bien engañados a todos esa mosquita muerta.

Richard: ¿Mosca muerta? Lo que ha sido es bien lista esa desgraciada. John no se merece una mujer así.

Kate: ¿Qué va a pasar al final? ¿Se van a divorciar?

Richard: No lo sé, no sé que hará él, pero lo que sí se es que piensa irse a vivir a Dubai.

Kate: ¿Va a aceptar la oferta de empleo de la que le habló Oscar?

Richard: Eso me dijo anoche… Voy a pedir la cuenta.


INT. / HOSPITAL DE TORONTO, DESPACHO DE DIRECCIÓN / DÍA

Rebeca firma unos papeles en presencia del Larry, el director suplente del centro hospitalario.

 photo 1445887199184787797_zpsqfbgqmt6.jpg photo 1446798919163437205_zpsxvckshdu.jpg

Larry: Bueno pues parece que ya está todo en orden. A partir de hoy eres la nueva directora de este hospital, Rebeca. (Sonríe) Enhorabuena. (Le da la mano)

Rebeca: Gracias Larry, la verdad que estoy muy agradecida a la Junta de Accionistas, sin su apoyo no habría logrado llegar hasta aquí. Les prometo que haré una gran labor para seguir el legado que dejó mi padre.

Larry: Estoy seguro que lo vas a hacer bien, ya lo verás. Cualquier cosa que necesites, me dices. ¿Está bien?

Rebeca: Gracias Larry.

Larry: ¿Cómo está tu hija? ¿Qué tal evoluciona Miriam?

Rebeca: Muy bien, ya está de nuevo en el colegio. En un mes ya podrá quitarse el pañuelo, poco a poco le va saliendo el cabello nuevamente.

Larry: Qué bueno…

Rebeca: Quería agradecerte lo que hiciste, la verdad que este hospital cuenta con un gran equipo médico. Tanto John, como Richard como tú han sido los salvadores de mi hija.

Larry: No digas eso, mujer, es nuestro trabajo. (Sonríe amable)

Rebeca: Debo irme Larry, voy a recoger mis cosas del departamento de personal para trasladarme. Quiero a Kate como asistente personal, nadie mejor que ella para ese puesto.

Larry: Me parece perfecto, Rebeca. Será como tú digas. Yo admiraba mucho a tu padre, fue un gran director por más de diez años en este hospital.

Rebeca: Lo sé… le echo tanto de menos… ¿Sabes?

Larry: Estoy seguro que allá donde esté se siente muy orgulloso de ti.

Rebeca: Ojalá que si…

Larry: Rebeca… ¿Puedo decirte algo y no te molestas?

Rebeca: Claro, dime…

Larry: Michael es un hombre muy afortunado por tener una mujer como tú. (Sonríe, flirteando con ella)

Rebeca: Ay Larry… (Avergonzada)

Larry: Si no estuvieras casada, te juro que no lo pensaría dos veces…

Rebeca: Pero lo estoy, no deberías decirme esas cosas… (Incómoda)

Larry: Lo siento… No quería incomodarte. (Tomándola de los brazos)

En ese momento aparece John en el despacho y se queda absorto al verlos casi casi abrazados, al menos por parte de Larry. Rebeca se retira, avergonzada.

 photo 14460740693110168159_zpsgerrcxkg.jpg

John: Lo siento… lo… lo siento. No quería interrumpir, mejor me voy.

Rebeca: ¡John! No… no es lo que estás pensando… (Preocupada)

Larry: No tienes por qué darle explicaciones… ¿O sí? Y tú John, a ver si para otra vez tocas la puerta antes de entrar al despacho de dirección. ¿No te parece?

John: Descuida, no volverá a pasar, Larry. (Mirándole mal)

Rebeca: No pasa nada John, Larry sólo me estaba…

John: Sé perfectamente lo que vi… No tienes que explicarme nada. (Se va)

Rebeca: ¡Pero John, espera! (Va tras él y sale al pasillo)

En el despacho, Larry se queda pensativo, muy molesto pues quiere seducir a Rebeca aún a sabiendas de que está casada con Michael Winchester.


INT. / HOSPITAL DE TORONTO, PASILLOS / DÍA

Rebeca consigue alcanzar a John y le da la vuelta en el pasillo. El médico la mira con desconfianza.

 photo 1445887199184787797_zpsqfbgqmt6.jpg photo 14460740693110168159_zpsgerrcxkg.jpg

Rebeca: Escúchame John, por favor, no es lo que tú crees.  Deja que te explique.

John: ¿Qué me quieres explicar? Como Larry estaba flirteando contigo… Si hubiera entrado unos segundos más tarde los habría encontrado besándose en el despacho de dirección. O me lo vas a negar…

Rebeca: Eso no es cierto, jamás tendría nada con Larry. Si apenas le conozco, John. Además yo estoy casada.

John: ¿Y eso que tiene que ver? Hay muchas mujeres casadas que engañan a sus maridos.

Rebeca: ¿En serio crees que soy de esa clase de mujeres? No me lo puedo creer.

John: Lo siento.

Rebeca: ¿Qué te pasa John? Tú antes no eras así… Mira, sé por lo que estás pasando con lo de Bárbara, sé que te mudaste a casa de los Quintana pero…

John: Me marcho a Dubai la semana que viene, Rebeca.

Rebeca: ¿Quéeee?  (Alucinada, escuchamos música incidental)


INT. / CASA HASSAN, COCINA / DÍA

Bárbara está preparando la comida en compañía de su amiga Paula.

 photo 14469624202768854740_zpsnofm12mf.jpg photo 14460345562525568576_zpsbjscdafn.jpg

Paula: Siento dar molestias pero decidí que era lo mejor, no podía seguir en casa de los Winchester así de gratis.

Bárbara: No pasa nada amiga, estas en tu casa. Puedes quedarte aquí el tiempo que necesites.

Paula: Lo que si necesito es un trabajo, Bárbara, algo que me permita vivir durante estos meses que estoy acá en Canadá.

Bárbara: En la floristería no puedo ofrecerte nada, apenas me llega el dinero como para pagarte un salario, lo siento.

Paula: Había pensado en trabajar en el hospital… No sé, como limpiadora o secretaria.

Bárbara: Estás como turista en este país, no puedes trabajar con un contrato legal. Te podrían deportar y denunciar al hospital por ello. No sueñes con imposibles.

Paula: ¿Y entonces? Apenas me quedan ahorros de lo que traje de México.

Bárbara: Pues no haberte ido de casa de los Winchester.

Paula: No hace falta te pongas así, si estás peleada con John, no lo pagues conmigo.

Bárbara: Lo siento Paula, es que…

Paula: Miraré a ver que puedo hacer, tal vez la tonta esa de Rebeca me pueda ayudar, ahora que es directora de ese hospital.

Bárbara: No me menciones a esa estúpida por favor, que no me cae nada bien.

Paula: Bueno, cambiemos de tema… Esta mañana vi unos zapatos en una tienda del centro que…


INT. / HOSPITAL DE TORONTO, PASILLOS / DÍA

John y Rebeca siguen hablando en el pasillo.

 photo 14460740693110168159_zpsgerrcxkg.jpg photo 1445887199184787797_zpsqfbgqmt6.jpg

Rebeca: ¿Cómo que te vas a Dubai? ¿Ya lo decidiste? (Extrañada)

John: Si, y creo que es la mejor opción. El sueldo es muy bueno y necesito poner tierra y mar de por medio hasta que decida que hacer con lo de Bárbara.

Rebeca: Mira John, sé que lo que te voy a decir tal vez no te vaya a gustar pero me da igual. Yo entiendo que estés dolido por lo de tu esposa pero… eso no es motivo para irte a vivir al otro lado del mundo.

John: Créeme que lo he pensado y ya lo he decidido, lo siento.

Rebeca: En serio si que eres necio… Está bien, haz lo que quieras… (Enfadada)

John: ¿Por qué te importa tanto que me vaya o me deje de ir de Canadá? ¿Me puedes explicar a qué viene tu actitud?

Rebeca: Porque… porque eres mi amigo y quiero lo mejor para ti, eso es todo.

John: Lo mejor para mí en este momento es estar lejos de Bárbara. ¿Entiendes?

Rebeca: Pero no hace falta te vayas a Dubai, puedes buscar trabajo aquí en Canadá.

John: No insistas…

Rebeca: Sé que esto te va a parecer egoísta pero… te voy a echar de menos John, por eso me pongo así. No quiero que te vayas.

John: Eso también se lo dirás a tu amiguito Larry. ¿Verdad?

Rebeca: Y dale con el tema de Larry… Ni siquiera es mi amigo, si solo hemos hablado un par de veces, nada más.

John: Pues no lo parecía.

Rebeca: En serio no te entiendo, parecerías un esposo celoso por como te comportas. Mira John, una cosa es que seamos amigos y otra es que te metas en mi vida. ¿Está claro?

John: Pues no te metas tú en la mía tampoco. Y ahora si no tienes nada más que decirme, me voy… Tengo mucho trabajo hoy. (Se va)

Rebeca: ¡Pero qué paciencia contigo! (Molesta, viendo como él se aleja)

Y es que Rebeca y John se gustan como más que amigos pero ninguno de los dos lo quiere aceptar ni mucho menos dar un primer paso. Ambos se ven como amigos, o eso creen ellos, pero la realidad poco a poco nos deja ver que no es así y que su relación podría ir más allá de una simple y llana amistad.


INT. / AYUNTAMIENTO DE TORONTO, DESPACHO DE MICHAEL / DÍA

Michael recibe la visita de su madre, doña Cheryl. La vieja toma asiento, ambos conversan frente a frente, escritorio por medio.

 photo 14461716622773495189_zpsk6fkolyk.jpg photo 1445747852519272594_zpsm3ccjvgo.jpg

Cheryl: Quería hablar contigo hijo. La verdad que en casa no me atreví a decirte nada por si tu mujer nos escuchaba.

Michael: ¿Qué ocurre mamá? Mira si es por lo de Steven, yo tampoco sé nada de él hace días y días… Le llamo y no me contesta al móvil. Yo creo que se fue de vacaciones. Ya sabes como es.

Cheryl: No vine a hablarte de tu hermano, vine por ti.

Michael: No entiendo, la verdad.

Cheryl: Sé lo que te traes con Paula, Michael.

Michael: ¿Qué? No sé de qué me hablas, mamá…

Cheryl: Mira hijo, soy tu madre y te conozco desde que naciste y no soy tonta. O al menos no tanto como tu esposa Rebeca.

Michael: Mamá, puedo explicarte… escúchame.

Cheryl: No me interesa lo que me tengas que decir, sólo quiero que me escuches tú a mí. La verdad no me molesta que tengas algo con esa mujer pero… lo que me preocupa es que Rebeca lo pueda descubrir.

Michael: ¿Ahora te preocupas de Rebeca? No me lo puedo creer… Si toda la vida me has dicho que no era la mujer adecuada para mí… De hecho siempre la criticas todo lo que hace.

Cheryl: Es cierto que Rebeca nunca me cayó bien pero eso no quita para que piense las cosas. Piénsalo tú también. Si tu mujer se entera de tu aventura con Paula… te puede ir muy mal, hijo, pero que muy mal.

Michael: No le tengo miedo a Rebeca, si es lo que insinúas.

Cheryl: En un divorcio la madre tiene todas las de ganar en cuanto a la custodia de los hijos. Yo sé que tu adoras a Miriam pero… dado el caso…

Michael: Si estás pensando que iba a dejar a mi hija vivir con ella, estás muy equivocada. Además, Paula es su madre biológica.

Cheryl: Pero legalmente no es su madre.

Michael: Mira mamá, ya estoy bien mayorcito para que me vengas a dar consejos. ¿No te parece?

Cheryl: Está bien, pero luego no digas que no te lo advertí. Si quieres seguir con Paula, adelante, a mi me cae bien, un poco descocada pero bueno… la prefiero antes que a la estúpida de Rebeca.

Michael: No te pases tampoco mamá…

Cheryl: Tú lo quieres todo, y eso no puede ser. Quieres tener en casa una esposa abnegada pero luego tener una amante. Si es que todos son iguales…

Michael: ¿Has terminado? Puedes retirarte. (Molesto)

Cheryl: Como quieras… Chao, cariño. (Se marcha) Nos vemos en casa. Que tengas buena tarde.


INT. / MANSIÓN WINCHESTER, DORMITORIO DE MIRIAM / DÍA

Miriam y su amiga Cinthia están haciendo los deberes sentadas a un gran escritorio. Es última hora de la tarde, ya casi anochece.

 photo 14461701722642143262_zps6wyufbkc.jpg photo 14460336792389587332_zpsyuumhr5s.jpg

Cinthia: ¿Dices que Paula se fue a vivir a casa de Bárbara?

Miriam: Al parecer la loca esa y John se van a separar, eso dice mi mamá.

Cinthia: Mi padrino está viviendo con nosotros pero se va a ir a trabajar a Dubai.

Miriam: ¿A Dubai? ¿Y eso donde es?

Cinthia: Muy lejos, muy lejos, por allá por los árabes... donde el petróleo.

Miriam: Que mal… (Triste)

Cinthia: Yo tampoco quiero que mi padrino se vaya pero… es lo que ha decidido, amiga.

Miriam: Yo también extraño a Paula…

Cinthia: ¿Y por qué se fue de tu casa? ¿No estaba a gusto acá con ustedes?

Miriam: Porque dice que no quiere ser una carga… Paula quiere quedarse a vivir en este país pero… sin papeles ni trabajo no lo tiene nada fácil.

Cinthia: Tal vez tu mami pueda buscarle un empleo en el hospi. ¿No crees?

Miriam: No lo sé… (Preocupada pues le ha tomado cariño a Paula)


INT. / MANSIÓN WINCHESTER, COCINA / NOCHE

Betty está picando lechuga sobre una tabla de la encimera de la cocina mientras baila una conocida canción de El Puma. Eso sí, en una versión algo diferente de la original.

 photo 1446187729284144240_zpspwwz9mfm.jpg

Betty: ¡Numerao, numerao, viva la numeración, quién ha visto matrimonio sin corre amonestación, ay numerao, numerao, viva la numeración…! ¡Que se te va ver to el potorro si no gastas ropa interior! Ay… numerao… numerao… na, na, na, na…

En ese momento aparece doña Cheryl.

 photo 1445747852519272594_zpsm3ccjvgo.jpg

Cheryl: Ya apaga la radio que no son horas… ¿Está ya la cena?

Betty: En un minuto, doña bruja, digo doña Cheryl…

Cheryl: ¡Oye sin faltar eh!

Betty: Jajaja, ay pero que amargada es usted… Siempre de malas pulgas. Debería buscarse un buen maromo, hágame caso.

Cheryl: Déjate de estupideces y cállate de una vez. ¿Y mi nuera? ¿No ha llegado aún?

Betty: No, todavía no. Ahora como es directora del hospital pues estará full de trabajo.

Cheryl: ¿Directora del hospital? (Extrañada) ¿Pero de qué hablas?


INT. / HOSPITAL DE TORONTO, DESPACHO DE DIRECCIÓN / NOCHE

Rebeca está terminando de revisar unos papeles en su nuevo despacho. Quiere ponerse al día pronto con su nuevo cargo, cosa nada fácil. En ese instante tocan a la puerta, es John.

 photo 1445887199184787797_zpsqfbgqmt6.jpg photo 14460740693110168159_zpsgerrcxkg.jpg

John: Disculpa… venía a traerte esto, ya me voy… (Le da una carpeta) Son unos informes del departamento de pediatría.

Rebeca: Está bien John… Hasta mañana. (Molesta)

John: Quería disculparme por lo de hoy… lo siento, es que estoy de mal humor por lo de Bárbara y…

Rebeca: No pasa nada… no quiero hablar de eso más. Puedes irte si quieres. Mañana será otro día.

John: ¿Es que no te piensas ir? Ya no queda nadie por aquí, sólo los de urgencias y planta.

Rebeca: Tengo mucho trabajo, John, la verdad no sé si podré hacerme cargo de la dirección del hospital.

John: Estoy seguro de que sí podrás, tú vales mucho y lo sabes. (Sonríe)

Rebeca: Si tú lo dices… (Sonríe levemente)

John: Que sí… hazme caso. Bueno te dejo pero no te vayas muy tarde. ¿OK?

En ese momento en que John se dispone a abrir la puerta del despacho para salir al pasillo se da cuenta de que el picaporte no funciona, la puerta está atascada.

Rebeca: ¿Qué pasa?

John: No sé, no logro abrir la puerta… (Tratando de forzar el picaporte, sin éxito)

Rebeca: A ver… déjame… Tremendo hombre que ni fuerza tiene… (Se burla)

John: ¡Oye no te burles, eh!

Rebeca: Jajaja, era una broma, bobo. (Intentando abrir la puerta) Nada no hay forma. ¿Pero qué demonios habrá pasado?

John: Deberías avisar a mantenimiento.


Rebeca: Voy a ver… (Toma su móvil de la mesa) Ay no, no tengo batería en el móvil.

John: Prueba con el fijo, yo me dejé mi teléfono en la consulta.

Rebeca: Voy a tener que cambiar esa puerta. Ya esta tarde me dio problemas. (Marcando al teléfono fíjo)

John: ¿No contestan?


Rebeca: Nada… ¿Será que ya se fueron?

John: No lo sé pero siempre suele haber alguien por la noche por si pasa algo.

Rebeca: ¿Lo que nos faltaba, encerrados en este despacho toda la noche vamos a estar?

CONTINUARÁ…


No hay comentarios:

Publicar un comentario

¿Quieres comentar?