HERIDAS DEL CORAZÓN
CAPÍTULO 7: MÁS QUE
AMIGOS
Hoy con la actuación especial de
Jeff Hephner como Larry
TORONTO, CANADÁ
INT. / CASA HASSAN,
DORMITORIO DE JOHN Y BÁRBARA / NOCHE
John está haciendo
sus maletas las cuales están sobre la cama matrimonial, nuestro protagonista
guarda ropa de manera desordenada en ellas. En ese momento aparece por la
puerta de la habitación su esposa Bárbara.
Bárbara: ¿Se puede
saber que demonios es lo que estás haciendo, John? (Molesta)
John: ¿Qué no lo
ves? Me largo de esta casa…
Bárbara: ¿Qué?
¿Cómo es eso de que te vas? Ay mi amor, por favor… perdóname, sé que estas muy
enfadado por lo de mi pasado pero… no es para que…
John: ¿Enfadado? No
estoy enfadado Bárbara, lo que estoy es decepcionado. Me engañaste. Cuando me
conociste en aquel viaje que hice a México me dijiste que trabajabas en una
floristería del DF, pero ya veo que era todo un cuento chino.
Bárbara: Por favor,
cariño… escúchame.
John: No tengo nada
que escuchar, ya sé todo lo que tenía que saber. (Cerrando las maletas)
Bárbara: Yo te amo,
John, perdóname. Sé que lo que hice no tiene nombre, que no estuvo bien pero…
Razona, por el amor de Dios, si te hubiera dicho que era prostituta… ¿Te
habrías casado conmigo? Dime la verdad.
John: No lo sé, no
puedo ponerme a pensar ahora en lo que pudo o no pudo ser.
Bárbara: No lo
habrías hecho y lo sabes, eres un tradicional en el fondo, no dejas de ser
musulmán.
John: Ya estabas
tardando en sacar a relucir eso… Lo que faltaba.
Bárbara: Es la
verdad, tu padre no estaba de acuerdo en que te casaras con una mujer no
musulmana y encima negra como yo.
John: Qué tendrá
eso que ver, Bárbara. Mi padre no estaba de acuerdo porque era de otra época y
sí, era musulmán y quería que su hijo viviera según sus costumbres pero no lo
hice. No me importó que fueras cristiana, así que no mezcles una cosa con la
otra. ¿Quieres?
Bárbara: En el fondo
todos los de tu religión son iguales, unos machistas que sólo quieren a la
mujer virgen en el matrimonio… Que lo sé yo. Nacerías en Canadá, John, pero en
el fondo eres como todos ellos. Lo llevas en los genes.
John: ¡Cállate!! No
te consiento que me hables así. Esto se acabó. (Tomando sus maletas se marcha)
Bárbara: Perdona
John, no quise decirte eso, es que… es que me hiciste enfadar, me sacas de
quicio y ya no sé ni lo que digo.
Ambos van hacia el
salón de la vivienda, Bárbara sigue a su marido quien va con las dos maletas y
el maletín con su ordenador portátil.
INT. / CASA HASSAN,
SALÓN / NOCHE
John: Ahora no
intentes arreglarlo… Te casaste conmigo aceptando mis creencias, la cultura de
mi familia paterna y ahora me vienes a decir toda esa sarta de… de estupideces.
Jamás pensé que fueras así.
Bárbara: Ya te he
pedido disculpas John, por favor… No quería decir eso, mi amor, no te vayas…
Esta es tu casa.
John: Esta casa la
alquilamos entre los dos, pero el que se va soy yo. A partir de ahora tú verás
como te las apañas para pagar la renta cada mes porque no pienso volver.
¿Entendiste? Esto se acabó.
Bárbara: ¿Pero
donde vas a irte, John? ¿Estás loco? Son las diez de la noche…
John: Me voy a casa
de Richard, y no se te ocurra ir a buscarme porque no respondo. ¿Está claro? No
quiero hablar contigo más.
Bárbara: ¡Pero
John! (Le toma de un brazo)
John: ¡Suéltameee!!
(Se revuelve y se zafa de ella)
Acto seguido John
abre la puerta de la casa y se marcha cargando ambas maletas y el maletín del
laptop. El médico se va dejando a su esposa con la palabra en la boca, muy
enfadada. Bárbara da un portazo y rompe a llorar.
Bárbara: ¡Maldita
sea! (Furiosa, entre lágrimas) ¡Eres un
imbécil John! Juro por Dios que voy a descubrir quien te envió esas dichosas
fotografías y lo voy a matar… ¡LO VOY A MATAR! Así sea lo último que haga, vas
a regresar conmigo mi amor… yo te amo John, te amo… (Llorando desconsolada)
Y es que aunque en
un principio Bárbara buscaba salir del prostíbulo mexicano y enredó a John por
interés, con el tiempo se fue enamorando de él, hasta el punto de que está casi
obsesionada con su marido, lo cual la puede convertir en una mujer mucho más
peligrosa de lo que ya creíamos…
DÍAS DESPUÉS
INT. / HOSPITAL DE
TORONTO, CAFETERÍA / DÍA
Richard y su esposa
Kate conversan sentados a una de las mesas mientras se toman sendos cafés con
leche.
Kate: Todavía no me
lo puedo creer… Bárbara prostituta, sigo alucinada.
Richard: Y luego le
montó un show de celos y moral a Rebeca en casa el otro día… Está loca. John ha
hecho bien en dejarla.
Kate: No puedo
creerlo… en verdad que no, nos tenía bien engañados a todos esa mosquita muerta.
Richard: ¿Mosca
muerta? Lo que ha sido es bien lista esa desgraciada. John no se merece una
mujer así.
Kate: ¿Qué va a
pasar al final? ¿Se van a divorciar?
Richard: No lo sé,
no sé que hará él, pero lo que sí se es que piensa irse a vivir a Dubai.
Kate: ¿Va a aceptar
la oferta de empleo de la que le habló Oscar?
Richard: Eso me
dijo anoche… Voy a pedir la cuenta.
INT. / HOSPITAL DE
TORONTO, DESPACHO DE DIRECCIÓN / DÍA
Rebeca firma unos
papeles en presencia del Larry, el director suplente del centro hospitalario.
Larry: Bueno pues
parece que ya está todo en orden. A partir de hoy eres la nueva directora de
este hospital, Rebeca. (Sonríe) Enhorabuena. (Le da la mano)
Rebeca: Gracias
Larry, la verdad que estoy muy agradecida a la Junta de Accionistas, sin su
apoyo no habría logrado llegar hasta aquí. Les prometo que haré una gran labor
para seguir el legado que dejó mi padre.
Larry: Estoy seguro
que lo vas a hacer bien, ya lo verás. Cualquier cosa que necesites, me dices.
¿Está bien?
Rebeca: Gracias
Larry.
Larry: ¿Cómo está
tu hija? ¿Qué tal evoluciona Miriam?
Rebeca: Muy bien,
ya está de nuevo en el colegio. En un mes ya podrá quitarse el pañuelo, poco a poco
le va saliendo el cabello nuevamente.
Larry: Qué bueno…
Rebeca: Quería
agradecerte lo que hiciste, la verdad que este hospital cuenta con un gran
equipo médico. Tanto John, como Richard como tú han sido los salvadores de mi
hija.
Larry: No digas
eso, mujer, es nuestro trabajo. (Sonríe amable)
Rebeca: Debo irme
Larry, voy a recoger mis cosas del departamento de personal para trasladarme.
Quiero a Kate como asistente personal, nadie mejor que ella para ese puesto.
Larry: Me parece
perfecto, Rebeca. Será como tú digas. Yo admiraba mucho a tu padre, fue un gran
director por más de diez años en este hospital.
Rebeca: Lo sé… le
echo tanto de menos… ¿Sabes?
Larry: Estoy seguro
que allá donde esté se siente muy orgulloso de ti.
Rebeca: Ojalá que
si…
Larry: Rebeca…
¿Puedo decirte algo y no te molestas?
Rebeca: Claro, dime…
Larry: Michael es
un hombre muy afortunado por tener una mujer como tú. (Sonríe, flirteando con
ella)
Rebeca: Ay Larry…
(Avergonzada)
Larry: Si no
estuvieras casada, te juro que no lo pensaría dos veces…
Rebeca: Pero lo
estoy, no deberías decirme esas cosas… (Incómoda)
Larry: Lo siento…
No quería incomodarte. (Tomándola de los brazos)
En ese momento
aparece John en el despacho y se queda absorto al verlos casi casi abrazados,
al menos por parte de Larry. Rebeca se retira, avergonzada.
John: Lo siento… lo…
lo siento. No quería interrumpir, mejor me voy.
Rebeca: ¡John! No…
no es lo que estás pensando… (Preocupada)
Larry: No tienes
por qué darle explicaciones… ¿O sí? Y tú John, a ver si para otra vez tocas la
puerta antes de entrar al despacho de dirección. ¿No te parece?
John: Descuida, no volverá
a pasar, Larry. (Mirándole mal)
Rebeca: No pasa
nada John, Larry sólo me estaba…
John: Sé
perfectamente lo que vi… No tienes que explicarme nada. (Se va)
Rebeca: ¡Pero John,
espera! (Va tras él y sale al pasillo)
En el despacho,
Larry se queda pensativo, muy molesto pues quiere seducir a Rebeca aún a
sabiendas de que está casada con Michael Winchester.
INT. / HOSPITAL DE
TORONTO, PASILLOS / DÍA
Rebeca consigue
alcanzar a John y le da la vuelta en el pasillo. El médico la mira con
desconfianza.
Rebeca: Escúchame
John, por favor, no es lo que tú crees.
Deja que te explique.
John: ¿Qué me
quieres explicar? Como Larry estaba flirteando contigo… Si hubiera entrado unos
segundos más tarde los habría encontrado besándose en el despacho de dirección.
O me lo vas a negar…
Rebeca: Eso no es cierto,
jamás tendría nada con Larry. Si apenas le conozco, John. Además yo estoy
casada.
John: ¿Y eso que
tiene que ver? Hay muchas mujeres casadas que engañan a sus maridos.
Rebeca: ¿En serio
crees que soy de esa clase de mujeres? No me lo puedo creer.
John: Lo siento.
Rebeca: ¿Qué te
pasa John? Tú antes no eras así… Mira, sé por lo que estás pasando con lo de
Bárbara, sé que te mudaste a casa de los Quintana pero…
John: Me marcho a
Dubai la semana que viene, Rebeca.
Rebeca:
¿Quéeee? (Alucinada, escuchamos música
incidental)
INT. / CASA HASSAN,
COCINA / DÍA
Bárbara está
preparando la comida en compañía de su amiga Paula.
Paula: Siento dar
molestias pero decidí que era lo mejor, no podía seguir en casa de los
Winchester así de gratis.
Bárbara: No pasa
nada amiga, estas en tu casa. Puedes quedarte aquí el tiempo que necesites.
Paula: Lo que si
necesito es un trabajo, Bárbara, algo que me permita vivir durante estos meses
que estoy acá en Canadá.
Bárbara: En la
floristería no puedo ofrecerte nada, apenas me llega el dinero como para
pagarte un salario, lo siento.
Paula: Había
pensado en trabajar en el hospital… No sé, como limpiadora o secretaria.
Bárbara: Estás como
turista en este país, no puedes trabajar con un contrato legal. Te podrían
deportar y denunciar al hospital por ello. No sueñes con imposibles.
Paula: ¿Y entonces?
Apenas me quedan ahorros de lo que traje de México.
Bárbara: Pues no
haberte ido de casa de los Winchester.
Paula: No hace
falta te pongas así, si estás peleada con John, no lo pagues conmigo.
Bárbara: Lo siento
Paula, es que…
Paula: Miraré a ver
que puedo hacer, tal vez la tonta esa de Rebeca me pueda ayudar, ahora que es
directora de ese hospital.
Bárbara: No me
menciones a esa estúpida por favor, que no me cae nada bien.
Paula: Bueno,
cambiemos de tema… Esta mañana vi unos zapatos en una tienda del centro que…
INT. / HOSPITAL DE
TORONTO, PASILLOS / DÍA
John y Rebeca
siguen hablando en el pasillo.
Rebeca: ¿Cómo que
te vas a Dubai? ¿Ya lo decidiste? (Extrañada)
John: Si, y creo
que es la mejor opción. El sueldo es muy bueno y necesito poner tierra y mar de
por medio hasta que decida que hacer con lo de Bárbara.
Rebeca: Mira John,
sé que lo que te voy a decir tal vez no te vaya a gustar pero me da igual. Yo
entiendo que estés dolido por lo de tu esposa pero… eso no es motivo para irte
a vivir al otro lado del mundo.
John: Créeme que lo
he pensado y ya lo he decidido, lo siento.
Rebeca: En serio si
que eres necio… Está bien, haz lo que quieras… (Enfadada)
John: ¿Por qué te
importa tanto que me vaya o me deje de ir de Canadá? ¿Me puedes explicar a qué
viene tu actitud?
Rebeca: Porque…
porque eres mi amigo y quiero lo mejor para ti, eso es todo.
John: Lo mejor para
mí en este momento es estar lejos de Bárbara. ¿Entiendes?
Rebeca: Pero no
hace falta te vayas a Dubai, puedes buscar trabajo aquí en Canadá.
John: No insistas…
Rebeca: Sé que esto
te va a parecer egoísta pero… te voy a echar de menos John, por eso me pongo
así. No quiero que te vayas.
John: Eso también
se lo dirás a tu amiguito Larry. ¿Verdad?
Rebeca: Y dale con
el tema de Larry… Ni siquiera es mi amigo, si solo hemos hablado un par de
veces, nada más.
John: Pues no lo
parecía.
Rebeca: En serio no
te entiendo, parecerías un esposo celoso por como te comportas. Mira John, una
cosa es que seamos amigos y otra es que te metas en mi vida. ¿Está claro?
John: Pues no te
metas tú en la mía tampoco. Y ahora si no tienes nada más que decirme, me voy…
Tengo mucho trabajo hoy. (Se va)
Rebeca: ¡Pero qué
paciencia contigo! (Molesta, viendo como él se aleja)
Y es que Rebeca y
John se gustan como más que amigos pero ninguno de los dos lo quiere aceptar ni
mucho menos dar un primer paso. Ambos se ven como amigos, o eso creen ellos,
pero la realidad poco a poco nos deja ver que no es así y que su relación
podría ir más allá de una simple y llana amistad.
INT. / AYUNTAMIENTO
DE TORONTO, DESPACHO DE MICHAEL / DÍA
Michael recibe la
visita de su madre, doña Cheryl. La vieja toma asiento, ambos conversan frente
a frente, escritorio por medio.
Cheryl: Quería
hablar contigo hijo. La verdad que en casa no me atreví a decirte nada por si
tu mujer nos escuchaba.
Michael: ¿Qué
ocurre mamá? Mira si es por lo de Steven, yo tampoco sé nada de él hace días y
días… Le llamo y no me contesta al móvil. Yo creo que se fue de vacaciones. Ya
sabes como es.
Cheryl: No vine a
hablarte de tu hermano, vine por ti.
Michael: No
entiendo, la verdad.
Cheryl: Sé lo que
te traes con Paula, Michael.
Michael: ¿Qué? No
sé de qué me hablas, mamá…
Cheryl: Mira hijo,
soy tu madre y te conozco desde que naciste y no soy tonta. O al menos no tanto
como tu esposa Rebeca.
Michael: Mamá,
puedo explicarte… escúchame.
Cheryl: No me
interesa lo que me tengas que decir, sólo quiero que me escuches tú a mí. La
verdad no me molesta que tengas algo con esa mujer pero… lo que me preocupa es
que Rebeca lo pueda descubrir.
Michael: ¿Ahora te
preocupas de Rebeca? No me lo puedo creer… Si toda la vida me has dicho que no
era la mujer adecuada para mí… De hecho siempre la criticas todo lo que hace.
Cheryl: Es cierto
que Rebeca nunca me cayó bien pero eso no quita para que piense las cosas.
Piénsalo tú también. Si tu mujer se entera de tu aventura con Paula… te puede
ir muy mal, hijo, pero que muy mal.
Michael: No le
tengo miedo a Rebeca, si es lo que insinúas.
Cheryl: En un
divorcio la madre tiene todas las de ganar en cuanto a la custodia de los
hijos. Yo sé que tu adoras a Miriam pero… dado el caso…
Michael: Si estás
pensando que iba a dejar a mi hija vivir con ella, estás muy equivocada.
Además, Paula es su madre biológica.
Cheryl: Pero
legalmente no es su madre.
Michael: Mira mamá,
ya estoy bien mayorcito para que me vengas a dar consejos. ¿No te parece?
Cheryl: Está bien,
pero luego no digas que no te lo advertí. Si quieres seguir con Paula,
adelante, a mi me cae bien, un poco descocada pero bueno… la prefiero antes que
a la estúpida de Rebeca.
Michael: No te
pases tampoco mamá…
Cheryl: Tú lo quieres
todo, y eso no puede ser. Quieres tener en casa una esposa abnegada pero luego
tener una amante. Si es que todos son iguales…
Michael: ¿Has
terminado? Puedes retirarte. (Molesto)
Cheryl: Como
quieras… Chao, cariño. (Se marcha) Nos vemos en casa. Que tengas buena tarde.
INT. / MANSIÓN
WINCHESTER, DORMITORIO DE MIRIAM / DÍA
Miriam y su amiga
Cinthia están haciendo los deberes sentadas a un gran escritorio. Es última
hora de la tarde, ya casi anochece.
Cinthia: ¿Dices que
Paula se fue a vivir a casa de Bárbara?
Miriam: Al parecer
la loca esa y John se van a separar, eso dice mi mamá.
Cinthia: Mi padrino
está viviendo con nosotros pero se va a ir a trabajar a Dubai.
Miriam: ¿A Dubai?
¿Y eso donde es?
Cinthia: Muy lejos,
muy lejos, por allá por los árabes... donde el petróleo.
Miriam: Que mal…
(Triste)
Cinthia: Yo tampoco
quiero que mi padrino se vaya pero… es lo que ha decidido, amiga.
Miriam: Yo también
extraño a Paula…
Cinthia: ¿Y por qué
se fue de tu casa? ¿No estaba a gusto acá con ustedes?
Miriam: Porque dice
que no quiere ser una carga… Paula quiere quedarse a vivir en este país pero…
sin papeles ni trabajo no lo tiene nada fácil.
Cinthia: Tal vez tu
mami pueda buscarle un empleo en el hospi. ¿No crees?
Miriam: No lo sé…
(Preocupada pues le ha tomado cariño a Paula)
INT. / MANSIÓN
WINCHESTER, COCINA / NOCHE
Betty está picando
lechuga sobre una tabla de la encimera de la cocina mientras baila una conocida
canción de El Puma. Eso sí, en una versión algo diferente de la original.
Betty: ¡Numerao,
numerao, viva la numeración, quién ha visto matrimonio sin corre amonestación,
ay numerao, numerao, viva la numeración…! ¡Que se te va ver to el potorro si no
gastas ropa interior! Ay… numerao… numerao… na, na, na, na…
En ese momento
aparece doña Cheryl.
Cheryl: Ya apaga la
radio que no son horas… ¿Está ya la cena?
Betty: En un
minuto, doña bruja, digo doña Cheryl…
Cheryl: ¡Oye sin
faltar eh!
Betty: Jajaja, ay
pero que amargada es usted… Siempre de malas pulgas. Debería buscarse un buen
maromo, hágame caso.
Cheryl: Déjate de
estupideces y cállate de una vez. ¿Y mi nuera? ¿No ha llegado aún?
Betty: No, todavía
no. Ahora como es directora del hospital pues estará full de trabajo.
Cheryl: ¿Directora
del hospital? (Extrañada) ¿Pero de qué hablas?
INT. / HOSPITAL DE
TORONTO, DESPACHO DE DIRECCIÓN / NOCHE
Rebeca está
terminando de revisar unos papeles en su nuevo despacho. Quiere ponerse al día
pronto con su nuevo cargo, cosa nada fácil. En ese instante tocan a la puerta,
es John.
John: Disculpa…
venía a traerte esto, ya me voy… (Le da una carpeta) Son unos informes del
departamento de pediatría.
Rebeca: Está bien
John… Hasta mañana. (Molesta)
John: Quería
disculparme por lo de hoy… lo siento, es que estoy de mal humor por lo de
Bárbara y…
Rebeca: No pasa
nada… no quiero hablar de eso más. Puedes irte si quieres. Mañana será otro
día.
John: ¿Es que no te
piensas ir? Ya no queda nadie por aquí, sólo los de urgencias y planta.
Rebeca: Tengo mucho
trabajo, John, la verdad no sé si podré hacerme cargo de la dirección del
hospital.
John: Estoy seguro
de que sí podrás, tú vales mucho y lo sabes. (Sonríe)
Rebeca: Si tú lo
dices… (Sonríe levemente)
John: Que sí… hazme
caso. Bueno te dejo pero no te vayas muy tarde. ¿OK?
En ese momento en
que John se dispone a abrir la puerta del despacho para salir al pasillo se da
cuenta de que el picaporte no funciona, la puerta está atascada.
Rebeca: ¿Qué pasa?
John: No sé, no
logro abrir la puerta… (Tratando de forzar el picaporte, sin éxito)
Rebeca: A ver…
déjame… Tremendo hombre que ni fuerza tiene… (Se burla)
John: ¡Oye no te
burles, eh!
Rebeca: Jajaja, era
una broma, bobo. (Intentando abrir la puerta) Nada no hay forma. ¿Pero qué
demonios habrá pasado?
John: Deberías
avisar a mantenimiento.
Rebeca: Voy a ver… (Toma
su móvil de la mesa) Ay no, no tengo batería en el móvil.
John: Prueba con el
fijo, yo me dejé mi teléfono en la consulta.
Rebeca: Voy a tener
que cambiar esa puerta. Ya esta tarde me dio problemas. (Marcando al teléfono
fíjo)
John: ¿No contestan?
Rebeca: Nada… ¿Será
que ya se fueron?
John: No lo sé pero
siempre suele haber alguien por la noche por si pasa algo.
Rebeca: ¿Lo que nos
faltaba, encerrados en este despacho toda la noche vamos a estar?
CONTINUARÁ…
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