CAPÍTULO 6: LA OFERTA
Hoy con la actuación especial de
Billy Slaughter como Oscar
TORONTO, CANADÁ
INT. / CASA QUINTANA, SALÓN / NOCHE
Bárbara interrumpe la fiesta… ya no suena la
música. Todos la miran sin entender su reacción.
John: ¿Bárbara? ¿Se puede saber que haces tú
aquí? Pensé no llegabas hasta mañana.
Bárbara: No me cambies de tema, John… Quería
darte una sorpresa pero vaya que la sorpresa me la he llevado yo.
Kate: ¿Quién te abrió la puerta?
Richard: Eso mismo me pregunto yo…
Cinthia: Fui yo, mami, lo siento… La música
estaba muy alta y no escucharon el timbre.
Miriam: Eres tonta, Cinthia… (Molesta)
Bárbara: ¿Me puedes decir que haces bailando con
esta? (Mirando mal a Rebeca, muy celosa)
Rebeca: Oye guapa yo no soy esta, tengo nombre.
Bárbara: ¡Te digo como me da la gana, Rebeca!
¿Está claro?
John: Ya por favor no discutan…
Betty: Ay mi madre, que aquí se va a armar la de
San Quintín…
Bárbara: ¡Usted cállese vieja cacatúa! Ahora
mismo nos vamos para la casa, se terminó la fiesta John.
John: No me da la gana. Yo de aquí no me voy a
mover y menos hasta que no le pidas disculpas a Rebeca y a Betty.
Betty: ¡Olé mi doctorcito, así se habla! (Se
burla de la mulata)
Bárbara: ¡Que se calle le he dicho! Mira John, no
me hagas enfadar… Te he dicho que…
Rebeca: Creo que es mejor que nos vayamos, Miriam…
Betty…
Miriam: Ay no mamá, que la fiesta apenas acaba de
empezar… jooo…
John: Cinthia quería darle una fiesta a su amiga
Miriam por lo del trasplante.
Bárbara: No hace falta me des explicaciones… Pero
lo que si me vas a explicar es que hacías bailando tan pegado con esta… con
esta… descarada.
Rebeca: ¡Mira guapa, ya me estás cansando! (Se le
acerca, enojada)
John: Ya por favor… Rebeca, Bárbara… (Se
interpone entre ambas)
Bárbara: Escúchame bien, piruja… si te vuelvo a
ver coqueteando con mi marido te juro que me vas a conocer y no te vas a
gustar. ¿Me has entendido?
Rebeca: ¡A mi no me insultas, estúpida! (Se
abalanza hacia Bárbara pero John la sujeta)
John: ¡Ya basta! ¡Se acabó!
Bárbara: ¿Qué? ¿Te duele que te digan las
verdades a la cara, cierto? Me gustaría saber que opina tu marido de que andes
de bailoteo con otro hombre y tan feliz de la vida, cuando hace pocas semanas
que murió tu padre.
Rebeca: ¿Qué tendrá que ver una cosa con la otra?
Estás completamente loca… En serio, no sé que vio John en ti pero eres una amargada.
John: Creo que lo mejor es que me marche, lo
siento, les pido disculpas a todos. Vámonos Bárbara… (La toma del brazo)
Bárbara: ¡Suéltame John! (Se revuelve) ¡De aquí
no me voy a ir para ninguna parte!
Kate: Qué espectáculo por favor…
Bárbara: Tú te callas Kate, que nadie te ha dado
vela en este entierro.
Richard: ¡Oye tu a mi esposa no le hablas de esa
manera! ¿Quién te has creído que eres para venir a mi casa a montar este show
de celos? Estás mal, pero que muy mal, Bárbara.
Rebeca: Déjala Richard, ella sola se está
retratando bien la clase de mujer que es.
Bárbara: (Soberbia) Al menos yo no soy una
cualquiera que se anda restregando con hombres ajenos, como otras…
En ese instante, Rebeca pierde los nervios y la
suelta tal bofetada que la cruza la cara en presencia de todos, escuchamos
música incidental.
John: ¡Rebeca! (Alucinado)
Bárbara: ¿Cómo te atreves, desgraciada? (Furiosa
se abalanza para pegarla pero John la toma de la cintura) ¡Suéltame John, que
la voy a matar! ¡Que me sueltes!!!!
Rebeca: La próxima vez que me faltes al respeto
vas a saber quién soy yo, Bárbara. Estás advertida.
Bárbara: ¡Estúpidaaa!!!
John: ¡Se acabóoo!!! (Se la lleva de la casa a la
fuerza, ambos se marchan)
Richard: ¡Llévatela John, por favor! ¡No quiero
más escándalos en mi casa!
Kate: Diosito pero que vergüenza…
Betty: Para mi que esta tipa está bebida…
Miriam: ¡Betty!! (Conteniendo la risa)
Cinthia: Jajaja.
Kate: ¡Niñas! (Regañándolas)
INT. / MANSIÓN WINCHESTER, SALÓN / NOCHE
Paula y doña Cheryl están charlando sentadas en
sendas butacas. La vieja bebe de una copa de ginebra.
Cheryl: Me extrañó que no fueras a la fiesta esa
en casa de los Quintana.
Paula: La verdad no me sentía muy bien, creo que
me iré a dormir, tengo un dolor de cabeza.
Cheryl: ¿Quieres una aspirina? Creo que Betty
guarda algunas en su cuarto.
Paula: No se preocupe, se me pasará… ¿Y Michael?
Pensé vendría a cenar con nosotras.
Cheryl: Tenía una cena con los concejales del
ayuntamiento, muy pronto termina su mandato, las elecciones municipales son el
mes que viene.
Paula: Entiendo… Disculpe que le pregunte una cosa,
Cheryl…
Cheryl: Tú dirás, cariño…
Paula: ¿Qué profesión tiene su hijo? Bueno ya sé
que ahora es el alcalde de esta ciudad y que lleva años metido en política pero…
Cheryl: Michael tiene una empresa de importación
y exportación de electrodomésticos de todo tipo. La verdad que el negocio va
muy bien. Michael estudió empresariales, aunque a mi me hubiera gustado que
fuera médico como su padre que en paz descanse.
Paula: Ahm… qué interesante… (Pensando: Sin duda
es el hombre que estoy buscando para salir definitivamente de aquel prostíbulo
de mala muerte)
Cheryl: Mi difunto marido, Alan Winchester, era
neurocirujano, fue director del hospital general de Toronto durante años.
Después tomó el cargo el padre de Rebeca.
Paula: Entiendo…
Cheryl: Que por cierto murió no hace mucho…
Paula: ¿En serio? No sabía nada, cuanto lo siento…
nadie me dijo.
Cheryl: Deja y te cuento lo que pasó… El caso es
que…
Mientras doña Cheryl le cuenta la historia, Paula
sigue inmersa en sus pensamientos y es que la mexicana ansía casarse con
Michael para convertirse en una mujer rica y poderosa, el sueño de toda su
vida. ¿Lo conseguirá?
AL DÍA SIGUIENTE
INT. / HOSPITAL DE TORONTO, CAFETERÍA / DÍA
John está conversando con un amigo y compañero de
trabajo del hospital, él es Óscar. Ambos médicos charlan sentados a una de las
mesas de la cafetería.
Oscar: Siento mucho que discutieras con tu
esposa, John. Pero no hagas caso, se le pasará.
John: Anoche me hizo dormir en el sofá y todo por
un ataque de celos que le dio. Está loca… (Molesto) No estaba haciendo nada
malo, solo bailar con una amiga.
Oscar: ¿Está guapa la amiga? (Se burla)
John: Oscar, no empieces como Richard, por favor
te lo pido…
Oscar: Jajaja. Era
una broma, hombre, no te enfades. Bueno cambiando de tema, como te decía antes.
Están buscando gente que hable árabe. Deberías pensarlo John, esa oferta sería
muy buena para ti. Yo ya tengo contrato con ellos.
John: Ya pero…
¿Dubai? Estamos hablando de irse al otro lado del mundo, Oscar. No sé… sería
cambiar totalmente de vida y tendría que consultarlo con Bárbara antes de tomar
una decisión al respecto.
Oscar: Claro, por
supuesto.
John: ¿Y tú cuando
te vas, dices?
Oscar: Pasado mañana,
ya tengo el visado y el billete de avión comprado.
John: ¿Dónde vas a
vivir en Dubai? ¿El hospital ese te busca alojamiento allá?
Oscar: Sí, de hecho
ya tengo un apartamento alquilado en una zona muy buena para los primeros
meses. Allí viven muchos extranjeros. Piénsalo, el sueldo es muy bueno y además
tú aparte de nuestro idioma dominas el árabe casi a la perfección.
John: ¿Cuánto te
ofrecen de salario en Dubai en tu especialidad?
Oscar: Pues... aquí
ves lo que firmé en el contrato… (Le muestra un papel)
John: ¿En serio?
¿Tanto? La verdad que la oferta es bastante tentadora. Hablaré con mi mujer
sobre ello.
Oscar: Cualquier
duda que tengan me dices. Yo que tú no lo pensaba, sería muy bueno para tu
carrera como médico pediatra. Pero bueno si dices que estás a gusto en este
hospital… tú mismo. Pero allí ganarías el triple que acá, piénsalo bien John.
John: Lo haré, no
te preocupes.
INT. / MANSIÓN
WINCHESTER, DORMITORIO DE REBECA / DÍA
Rebeca y su marido
Michael están hablando en el dormitorio conyugal. Mientras él se termina de
ajustar la corbata mirándose a un espejo, Rebeca le comenta algo.
Rebeca: ¿Cómo te
fue en la cena anoche, mi amor?
Michael: Bien, muy
bien, la verdad que espero salir elegido nuevamente en las municipales. Falta
mucho por hacer en esta ciudad, cariño.
Rebeca: ¿Sabes?
Anoche Miriam y yo estuvimos en una fiesta en casa de Kate y Richard.
Michael: ¿Ah sí?
Qué bien…
Rebeca: Quería
comentarte una cosa, Michael… Voy a presentarme al cargo de dirección del
hospital.
Michael: ¿Qué? ¿Tú?
Por favor no me hagas reír. ¿Es una broma, cierto? (Volteando hacia ella)
Rebeca: Ninguna
broma, estoy hablando muy en serio. Ahora que mi padre no está creo que el
hospital necesita alguien que siga su labor.
Michael: Te dije
que yo estoy interesado en ese puesto, si no salgo relegido alcalde.
Rebeca: Pues por
eso mismo, como aún no sabemos lo que pasará en el ayuntamiento, lo mejor es
que yo asuma el cargo. El hospital no puede estar sin dirección tanto tiempo.
Michael: ¿No y que
está el tal Larry de suplente mientras tanto? No veo el problema…
Rebeca: Pero Larry
es cirujano y no dispone de tiempo para ese cargo. La dirección es un trabajo a
tiempo completo.
Michael: Haz lo que
quieras… Seguro el moro te ha metido esas ideas en la cabeza y tú como eres
tonta le haces caso… Como si lo estuviera viendo.
Rebeca: Me voy, no
tengo ganas de discutir… (Se marcha, muy molesta)
Michael: Directora
del hospital… lo que faltaba. (Se pone la chaqueta del traje)
INT. / CASA HASSAN,
SALÓN / DÍA
John llega a su
casa a la hora de comer, el médico se encuentra una carta en la entrada, junto
a la puerta.
John: ¿Y esto? Que
no tendrán buzón para dejar las cartas… (Tomando el sobre)
Acto seguido John
abre la puerta y entra en la vivienda.
John: ¿Bárbara?
¿Bárbara estás ahí? Ya estoy en casa…
Nuestro protagonista
se dirige a la cocina y una vez allí se dispone a abrir el sobre pero al ver el
contenido, John se queda sin palabras. Escuchamos música incidental.
INT. / CASA HASSAN,
COCINA / DÍA
John: ¿Se puede
saber que demonios es esto? (Mirando unas fotos) No… no puede ser…
Escuchamos música
incidental. En las imágenes se ve a Bárbara, algo más joven, muy maquillada y
provocativa, bailando casi desnuda en un club nocturno delante de varios
hombres. Son fotos de su pasado como prostituta en México. John no puede creer
lo que ve… Rápidamente pasa las fotos una a una, son casi una docena. El médico
alucina con el contenido de dichas instantáneas. John da la vuelta a una de las
fotos y ve escrito lo siguiente:
“Tu mujer fue
prostituta”
John: ¿Qué clase de
broma es esta? (Mirando el sobre, el cual no tiene remitente)
En ese momento
Bárbara llega a la casa, se escucha cerrar la puerta… La mulata camina hacia la
cocina y se encuentra con John de frente, con las fotos en mano. Su marido la
mira sin decir nada hasta que…
John: Ahora mismo
me vas a explicar que significa todo esto…
Nuestro
protagonista echa todas las fotos sobre la mesa de la cocina. Bárbara se queda
petrificada al verlas, escuchamos música incidental. La mulata no sabe como
reaccionar, ni que decir, ni mucho menos que explicaciones dar. John la mira
fijamente a los ojos, visiblemente enfadado.
Bárbara: ¿De donde
has sacado esas fotos? (Alucinada, asustada)
John: No me cambies
de tema… ¿Hay algo que deba saber y no me hayas contado, verdad? ¡HABLAAAA!!!
(Furioso)
Bárbara. Este… John…
puedo explicarlo… de verdad. (Preocupada)
John: ¿Qué me vas a
explicar? Que bailabas desnuda en un bar… ¿Esto es en México, verdad? Tiene que
ser allá… ¡Dime la verdad! ¿A qué diablos te dedicabas allí?
Bárbara: John, por
favor, no te enfades… yo… (Asustada)
John: ¡HABLA
MALDITA SEA!!!
Bárbara: Fu… fui…
yo… trabajaba, trabajaba en un…
John: En un burdel…
¿Verdad? (Decepcionado, muy enojado)
Bárbara: Tampoco lo
digas así…
John: ¡Lo digo como
es! ¿Fuiste prostituta? No me lo puedo creer…
Bárbara: Por favor
John, escúchame, mi amor… (Se le acerca)
John: ¡No me
toques!!! (Se retira) ¡Me mentiste! Me has estado viendo la cara de idiota
durante más de dos años… ¿Cuándo pensabas decirme la verdad? ¿Cuándo?
Bárbara: Si te
hubiera dicho que… que trabajé en eso, no te habrías casado conmigo.
John: Esto es increíble… (Se marcha)
Bárbara: Espera
John, no te vayas… Escúchame…
John: No tengo nada
más que oír. Me marcho al hospital, no tengo ganas de comer.
Bárbara: Pero John…
(Le toma del brazo)
John: ¡Que no me
toques te dije! (Se revuelve y se va, muy malhumorado)
INT. / HOTEL,
HABITACIÓN / DÍA
Michael y Paula se
visten, ambos han vuelto a acostarse, ya son varias veces las que tienen sexo
en secreto. Nadie se imagina su aventura que viven a escondidas de Rebeca y de
todos.
Paula: Esto no
puede seguir así…
Michael: Por favor,
Paula, dame tiempo… te prometo que después de las municipales tomaré una
decisión sobre lo nuestro.
Paula: Mira Michael…
yo no quiero presionarte a nada pero… ya te dije, no quiero ser la otra.
Michael: Y no lo
eres, y lo sabes…
Paula: Ay por
favor, a otro perro con ese hueso. Que yo no soy tan tonta como tu mujer y
perdona que te lo diga así, pero es que…
Michael: Te juro
por mi hija que voy a dejar a Rebeca. De verdad.
Paula: ¿En serio?
¿Harías eso por mí? Eso quiere decir que… no soy una aventura para ti. ¿Verdad?
(Sonríe falsa, fingiendo ilusión)
Michael: Por
supuesto que no… (Pensando: Tengo que alargar esta situación como sea… no puedo
dejar a Rebeca)
Paula: Espero no
estés jugando conmigo Michael y que lo que me dijiste el otro día sea cierto.
Michael: Sabes que
no puedo estar sin ti, me vuelves loco… (Se besan)
Paula: Si quieres
seguir conmigo… tienes que hacer lo que yo te diga. ¿Está claro?
Michael: Mmm…
INT. / HOSPITAL DE TORONTO,
CONSULTA DE JOHN / DÍA
Rebeca ha ido a ver
a John a su consulta. Ambos conversan de pie junto a la ventana.
John: ¿Cómo está
Miriam?
Rebeca: Mejor… ya
pronto regresará a la escuela. Está muy ilusionada y muy agradecida con Paula,
la verdad.
John: Entiendo…
Rebeca: ¿Te pasa
algo, John? Te veo mala cara. ¿Estás bien?
John: Estoy bien,
no pasa nada, no te preocupes.
Rebeca: No me
mientas, a mí no me engañas. Soy tu amiga y te conozco… ¿Qué ocurre? Es por lo
de anoche con Bárbara… ¿Cierto? Mira siento si…
John: No es por lo
de anoche, eso es lo de menos. Soy yo quien debería pedirte disculpas por su
comportamiento, a ti y a la familia de Richard.
Rebeca: ¿Entonces,
qué te pasa? Dime la verdad… Algo tienes, tú siempre tienes una sonrisa y
buenas palabras. Sabes que si algo anda mal puedes contar conmigo. Para eso son
los amigos. ¿No?
John: Bárbara fue
prostituta en México, Rebeca.
Rebeca: ¿Quéeee?
(Alucinada, escuchamos música incidental?
John: Acabo de
enterarme… Todavía no puedo creerlo, en serio. No sé con quién me casé, la
verdad que ya no lo sé.
Rebeca: ¿Pros..
prostituta? ¿Pero de qué estás hablando?
John: Me enviaron
unas fotos… no sé… no sé quien lo hizo pero el caso es que son las pruebas, la
propia Bárbara me lo admitió.
Rebeca: Dios mío…
(Asustada)
John: Lleva horas
llamándome al móvil y no le contesto… me ha dejado no se cuantos mensajes de
texto. No quiero hablar con ella.
Rebeca: Ay John, no
sé que decir… creo que en asuntos de pareja… no soy buena consejera. Yo tampoco
ando muy bien con mi marido. ¿Sabes?
John: Pues ya somos
dos… Quería comentarte una cosa.
Rebeca: Tú dirás…
John: Oscar… ¿Le
conoces?
Rebeca: Sí, claro,
trabajó en este hospital en medicina general durante tres años.
John: Bueno pues se
va a vivir a Dubai, le han ofrecido un puesto en un hospital privado de allá y
ha aceptado. Me dijo que por qué no me iba yo también.
Rebeca: ¿Qué? ¿Y… y
qué le has dicho?
John: Que lo iba a
pensar, pero la verdad con esto de Bárbara… creo que sería lo mejor para mí.
Rebeca: ¿Quieres
decir que vas a dejar a tu mujer?
John: No lo sé… no
sé que voy a hacer. Perdí la confianza en ella, me ha engañado, Rebeca. Por dos
años me ha ocultado su pasado. ¿Qué quieres que piense? Dime.
Rebeca: Lo sé, lo
sé… y lo entiendo pero… ¿A Dubai? Ay John, deberías pensarlo bien…
John: No hago más
que darle vueltas al tema.
Rebeca: Yo no
quiero influirte pero… ay no sé… tan lejos, un país tan diferente de este…
Además me han dicho que en verano hace muchísimo calor por allá.
John: Tú no quieres
que me vaya… ¿Verdad?
Rebeca: Yo no he
dicho nada… sólo que me daría pena que
te fueras tan lejos.
John: A lo mejor no
nos volveríamos a ver… quién sabe.
Rebeca: No me digas
eso, John…
John: Lo siento.
Rebeca: ¿Sabes?
Nunca había tenido un amigo hombre… siempre amigas.
John: Y me alegro
que seamos amigos, de verdad que sí. (Sonríe)
Rebeca: Si te vas…
te voy a echar de menos John. (Triste)
John: Y yo a ti
también. (Triste)
Rebeca: Piénsalo
bien… y lo que decidas, seguro será lo mejor para ti. ¿Puedo darte un abrazo?
John: Claro…
Ambos se abrazan
tiernamente junto a la ventana. En el momento en que se van a separar,
lentamente, sus rostros quedan cerca uno del otro, muy cerca, tan cerca como
para sentir la respiración de cada uno. La tensión sexual se palpa en el
ambiente, Rebeca y John están a punto de besarse cuando suena el teléfono móvil
de ella.
Rebeca: Lo siento…
te… tengo que… tengo que contestar. (Avergonzada, toma el móvil de su bolso) ¿Sí? Michael… Sí, dime.
En ese instante
John se retira y se acerca a su mesa a revisar unos papeles, al mismo tiempo Rebeca
habla por su móvil con su marido que está a esa hora en el ayuntamiento de
Toronto, en su despacho de la alcaldía.
Rebeca: Está bien,
Michael… no pasa nada, no tienes por qué disculparte, en serio. Todo bien. Si
mi amor, te veo en la noche en la casa, un beso. (Terminando la llamada)
John: Imagino
tienes cosas que hacer… (Avergonzado)
Rebeca: Sí, lo
siento, me voy tengo trabajo, estoy liada con unas nóminas y demás. Tengo que
terminar esta tarde sin falta.
John: Entiendo…
bueno pues…
Rebeca: Me voy John…
y piensa lo que te dije. (Se dispone a irse pero se da la vuelta) Ah por cierto…
Me gusta la colonia que llevas. (Sonríe)
John: Gracias…
(Avergonzado, sonríe)
Rebeca: Nos vemos,
chao… (Se va y cierra la puerta de la consulta tras de si)
John se queda
pensativo en silencio y se pone a mirar por la ventana hacia el impresionante
skyline del centro de Toronto. Desde su consulta se divisan varios rascacielos
de la ciudad así como la famosa CN Tower.
INT. / FLORISTERÍA
/ DÍA
Bárbara está
colocando flores en varios jarrones de cerámica, mientras charla con su amiga
Paula quien ha ido a visitarla a su floristería.
Paula: No me lo
puedo creer… ¿Tu marido lo sabe?
Bárbara: Alguien se
ha ido de la lengua… alguien que conoce mi secreto y quiere hundirme. Pero te
juro que como sepa quien le envió esas fotos… me las va a pagar.
Paula: Ay amiga… ¿Y
qué vas a hacer?
Bárbara: No lo sé,
John no me devuelve las llamadas, no quiere hablarme, está muy enfadado.
Paula: Normal, no te
preocupes imagino se le pasará, tú dale tiempo, mujer. Cambiando de tema… ¿No
le habrás dicho nada de mi, verdad?
Bárbara: No,
tranquila… no te preocupes. Nadie sabe que tù y yo somos amigas.
Paula: La verdad
que no he tenido el gusto de conocer a John. ¿No tienes alguna foto con él
aquí?
Bárbara: Sí, ahí en
la oficina hay una en la pared.
La mulata sigue a
sus labores, mientras Paula entra en la oficina para ver dicha foto. La
mexicana se la queda mirando y hablando en voz muy baja.
Paula: Vaya, vaya…
así que este es tu maridito, Barbarita… La verdad que está buenísimo… (Sonríe
astuta)
Bárbara: ¿Decías
algo, Paula?
Paula: Nada…
(Saliendo de la oficina) Que muy mono tu marido. Tienes buen gusto.
Bárbara: Ya te lo
decía yo. (Sonríe)
En ese momento
Paula piensa en silencio, mirando a su amiga.
CONTINUARÁ…
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