HERIDAS DEL CORAZÓN
CAPÍTULO 9: ADIÓS, REBECA
TORONTO, CANADÁ
INT. / HOSPITAL DE
TORONTO, DESPACHO DE DIRECCIÓN / DÍA
Rebeca y John
continúan besándose abrazados junto a la ventana del despacho pero
repentinamente ella se retira, muy avergonzada y arrepentida.
Rebeca: ¡Esto no
está bien, John! ¡No está nada bien! (Angustiada)
John: Tú lo deseabas
tanto como yo y lo sabes, te sentí.
Rebeca: No sentí
nada… deja de inventar…
John: ¿Y el beso
del otro día? ¿Qué? ¿También me lo inventé?
Rebeca: John, esto
no puede ser… es cierto que te besé pero tú no debiste besarme ahora. ¡No
debiste!
John: ¡Pues bien
que te dejaste! (Molesto) ¡No te entiendo!
Rebeca: Soy una
mujer casada, John, ca-sa-da. ¿Qué es lo que no entiendes?
John: Casada pero
me besaste… Lo siento no pude contenerme, no sé que me pasa contigo, sólo sé
que… que…
Rebeca: ¿Qué qué?
John: Nada,
olvídalo… Es mejor que me vaya.
Rebeca: Está bien,
sí, será lo mejor.
John: Adiós,
Rebeca. (Abriendo la puerta del despacho, se va)
En ese momento ella
se acerca a cerrar la puerta y se siente tan confundida que no sabe que pensar.
Rebeca: Dios mío
pero que hice… Yo tengo la culpa, yo… Seguro se ha ilusionado conmigo por el
beso del otro día y… ahora… Ay no. Esto no puede ser Rebeca, tú amas a tu
marido, a quién tú quieres es a Michael. (Hace una pausa) ¿Pero por qué
demonios no me puedo sacar a John de la cabeza, por qué? ¿Qué me pasa con ese
hombre? ¡Creo que me estoy volviendo loca! ¡Loca! (Angustiada y muy preocupada)
DÍAS DESPUÉS
INT. / MANSIÓN
WINCHESTER, DORMITORIO DE REBECA / DÍA
Michael y Paula se
están besando y desnudándose, de pie, junto a la puerta. Ambos siguen su
relación clandestina.
Paula: ¿Seguro que
no va a venir nadie, mi amor?
Michael: Mi madre salió
con sus amigas a almorzar y Betty quedó en ir a comer con mi hija a un centro
comercial a la salida del colegio.
Paula: ¿Y tu mujer?
Michael: Rebeca me
dijo que no podría venir a comer hoy tampoco. Que tiene mucho que hacer en el
hospital.
Paula: Estoy
pensando en pedirle algo a Rebeca… ¿Crees que me dé chamba en ese hospital?
Michael: ¿Qué es
chamba?
Paula: Trabajo,
empleo… En mi país chamba es trabajo, idiota. (Se burla)
Michael: Qué
palabras más raras, jajaja. (Se besan de nuevo)
Paula: Necesito un
trabajo Michael, no quiero irme de nuevo a mi país. ¿Entiendes?
Michael: Pensé ibas
a trabajar con Bárbara en su floristería… ¿Por cierto ustedes dos ya se
conocían de antes?
Paula: No… nada que
ver… Es que… es que hablé con Kate, la amiga de tu mujer un día que me la
encontré cerca del hospital y… bueno hablando y hablando le comenté de si sabía
de algún sitio donde buscasen compañera de depa y demás.
Michael:
¿Compañera? ¿Qué pasó ya no está con el moro ese?
Paula: Eso parece,
el tal John creo que la va a dejar, se ha ido de la casa y todo. No te digo
más.
Michael: Qué cosa
más rara… (Comienza a pensar en Rebeca)
Paula: Pero ya
dejemos de hablar de nadie… Bésame, quiero que me hagas el amor contra la
pared. Necesito sentirte… (Le besa sin descanso como gata en celo)
Michael: Me vuelves
loco, no puedo estar sin ti, Paula, no puedo… (Se besan y se desnudan
rápidamente deseando estar juntos nuevamente)
INT. / CASA
QUINTANA, SALÓN / DÍA
John se despide de
sus amigos. Junto a él, en la sala, están Richard, su esposa Kate, así como la
hija de ambos, Cinthia. El médico iraní se abraza con todos ellos. La niña
comienza a llorar.
Cinthia: No te
vayas tan lejos padrino… por fa.
Kate: No insistas,
Cinthia. John ya tomó la decisión, no hay vuelta atrás. Su vuelo sale en poco
más de tres horas.
John: Lo siento,
cariño… (Le da un beso en la frente a su ahijada) Pero así es la vida.
Richard: ¿Entonces
va en serio? ¿Vas a… vas a divorciarte de Bárbara, John?
John: Sí, cuando
esté en Dubai hablaré con un abogado para preparar la demanda de divorcio, no
quiero volver a verla ni hablar con ella, no me hace bien.
Richard: Como
quieras… yo entiendo que si las cosas con tu esposa no iban bien pues… bueno…
(Richard sabe todo lo referente al pasado de Bárbara ya, igual que Kate)
Kate: Cuídate mucho
John, y no te olvides de llamar en cuanto aterrices por esos lugares.
Cinthia: Ten
cuidado padrino, dicen que en esos países hay mucha inseguridad.
John: Eso no es
cierto, Cinthia. Los Emiratos Árabes son una zona muy segura y tranquila, no me
voy a Afganistán ni a Siria. Creo que estás confundida.
Cinthia: Ay no sé,
pero es que con las cosas que pasan… el atentado del hospital, ahora lo de
París… Me da miedo te pase algo allá.
John: No me va a
pasar nada, princesa. Ven… (Se agacha a su altura) Cuando quieran me pueden ir
a visitar a Dubai. ¿OK?
Richard: Ay John…
nos saldría por un ojo de la cara el viaje.
John: Bueno pues
prometo venir al menos… cada seis meses. ¿Les parece? El hospital de Dubai me
paga los viajes durante el primer año.
Kate: Ah pues eso
está divino, John. Genial.
Richard: Bueno
vamos que el taxi debe estar por llegar… Deberías haberme dejado llevarte al
aeropuerto, no me cuesta nada, John.
John: No Richard,
no seas pesado. Tú y tu familia se van a pasar el fin de semana a una casa
rural, y mira la hora que es y todavía están así.
Kate: Eso digo yo…
Vamos Cinthia, ayúdame a terminar las maletas.
Cinthia: ¡Un beso
padrino! (Le da un beso en la mejilla a John)
John: Cuida a tu
padre y a tu madre. ¿Eh? (Sonríe)
Cinthia: ¡Lo haré!
(Sonríe pero triste)
John: Hasta pronto…
(Tomando sus maletas, Richard le ayuda con una más grande y salen a la calle)
INT. / CASA HASSAN,
SALÓN / DÍA
Bárbara está
pasando la aspiradora sobre una gran alfombra cuando tocan al timbre. La mulata
apaga la máquina y va a abrir la puerta, pero se encuentra con alguien que no
esperaba. Con nada menos que con Steven. Escuchamos música incidental. El
villano lleva unos guantes negros cubriendo sus manos.
Steven: Hola mi
reina… (Sonríe burlón pero con malicia) ¿Cómo estás maldita asesina?
El hermano de
Michael se abalanza sobre ella y la toma del cuello con mucha fuerza, tratando
de ahogarla.
Bárbara: ¡AHHHHGGGG!!!
(Muy asustada)
Steven: Pensabas
que había muerto. ¿Verdad zorra? Pues ya ves que estoy más vivo que nunca,
negra del demonio.
Bárbara: ¡AHHH!!! ¡Soco…!!
¡AHGGGG!!!! (Se ahoga)
Steven: ¿Qué, te
gustaron las fotitos que le mandé a tu marido el árabe? Imagino te mandó a
tomar por saco…. ¡Es lo que te mereces, maldita perra!!! (Presionando más el
cuello de la joven)
Bárbara: ¡AGGGG!!! ¡AGGGGGG!!!!!
Steven: Voy a
acabar contigo, maldita zorra de quinta, pero antes… (La suelta y cierra la
puerta, Steven saca una pistola de su chaqueta y le apunta con ella)
Bárbara: ¡Estás loco!
¡Socorroooooo!!!
Steven: ¡Cállate
hija de puta! ¡Cállate o te meto un balazo entre ceja y ceja, desgraciada!
Bárbara: Yo te
mate, tú estabas muerto, ¡Muertooooooooo!!!! (Horrorizada)
Steven: ¡Pues ya
ves que estoy vivoooooooooo, estúpidaaaaaaaaa!!!!!! ¡Vivooooooo!!!! (Con el
arma apuntando a la mulata)
Bárbara: Estás
loco, loco de remate. Arruinaste mi matrimonio, maldito infeliz. ¡Te
odioooooooo!!!!
Steven: Y tu casi
me mandas al otro barrio pero no te ibas a salir con la tuya, perra asquerosa. ¡Agarra
ese papel y ese bolígrafo! ¡Ahora!! (le señala la mesa)
Bárbara: ¡No voy a
hacer nada!
Steven: ¡Que lo
hagas!!! ¡Hazlo!!!
La esposa de John
se ve obligada siendo amenazada con la pistola. Bárbara toma el papel y el
bolígrafo.
Steven: ¡Sin
trucos, que nos conocemos! Ahora mismo vas a escribir ahí una nota de despedida
para tu maridito. ¿Entendiste?
Bárbara: ¿Una nota
de…? (Asustada)
Steven: ¡ESCRIBEEEE!!!!
(Furioso, a punto de apretar el gatillo) O lo haces o te juro que mato a John.
¿Entendiste? ¡Lo mato!
Bárbara: No por
favor, no le hagas daño a mi marido, por favor….
Steven: Pues
escribe, rápido que no tengo todo el día, estúpida.
La mulata escribe
entre lágrimas dicha nota, en segundos termina y…
Steven: Ahora
siéntate en esa silla. (Steven lee la nota por encima)
Ella mientras se
sienta en la silla, muy asustada, completamente horrorizada y aterrada, entre
lágrimas.
Steven: ¿Qué creías
que te ibas a salir con la tuya, desgraciada? Aquí quien ríe el último ríe
mejor, aún no ha nacido quien pueda con Steven Winchester.
Bárbara: ¿Se puede
saber por qué me has hecho esto? ¿Qué sacabas con enviarle a John esas fotos?
Steven: Quería
dinero, tú no me lo ibas a dar, así que… ¡Además intentaste matarme!!!
Bárbara: ¡Eres un
psicópata, estás enfermo!! Deberían ingresarte en un manicomio.
Steven: Habló la
prostituta barata que se ganaba la vida acostándose con cientos de hombres en
México. A saber a cuantos te habrás tirado… Pobrecito el morito… jajaja.
Bárbara: Eres
despreciable…
Steven: No,
querida, aquí la única despreciable, mentirosa, zorra y asesina… Eres tú.
(Soberbio, se coloca a su lado y le apunta con la pistola en la cabeza)
Bárbara: Por favor,
no, no me mates, Steven, por favor… no… no…. (Aterrorizada)
Steven: Pero voy a
estar mucho mejor en unos segundos… ¡Adiós mi negra, nos vemos… en el
infierno!!
En ese momento
Steven dispara el arma, la pistola lleva silenciador. El tiro le atreviesa el cráneo
a Bárbara matándola en el acto en una dramática y sobrecogedora escena. La
sangre salpica la pared de al lado. Bárbara cae de la silla, ya sin vida.
Steven limpia la pistola con un trapo.
Steven: Ahora la
segunda parte del plan…
El villano le
coloca la pistola en la mano derecha a Bárbara, para fingir un suicidio en toda
regla. Seguidamente Steven borra toda posible huella, a pesar de que lleva
guantes y en cuestión de pocos minutos desaparece de la casa sin dejar rastro.
Sobre la mesa de la sala vemos una nota, no podemos leerla aún, pero es la
despedida de Bárbara para John.
INT. / MANSIÓN
WINCHESTER, SALÓN / DÍA
Rebeca acaba de
llegar a su casa, ha cambiado de planes y ha llegado para comer, pues ya es la
hora. Nuestra protagonista deja sus llaves sobre un cenicero de una mesita
pequeña del salón y sube por las escaleras lentamente. Rebeca piensa que no hay
nadie en la casa.
INT. / MANSIÓN
WINCHESTER, DORMITORIO DE REBECA / DÍA
En la cama, Michael
y Paula están teniendo una sesión de sexo salvaje, la mexicana le cabalga
mientras él está echado boca arriba. Ambos completamente desnudos. Paula gime
como una loca, mientras Michael la toma de las caderas y devora sus pechos con
sus labios sin descanso. Escuchamos música incidental.
Rebeca camina por el
pasillo y comienza a escuchar los gemidos y el escándalo. La joven no puede
creer lo que está oyendo ni mucho menos se imagina lo que está a punto de
presenciar. La puerta de la habitación está entreabierta. Rebeca llega
finalmente y lo ve todo por la rendija. Nuestra protagonista se lleva una mano
a la boca y rompe a llorar. Escuchamos fuerte música incidental muy dramática.
Rebeca, alucinada, no es capaz de articular palabra… Dentro del dormitorio
Michael y Paula siguen su diversión ajenos a la mirada indiscreta de la puerta.
Rebeca no sabe que hacer, por un lado siente deseos de entrar, y por otro de
largarse inmediatamente. Por su cabeza pasan varias cosas, Rebeca llora
desconsolada tras la puerta, apoyada con la nuca en la pared de al lado,
tratando de no hacer ruido.
INT. / CENTRO
COMERCIAL, RESTAURANTE / DÍA
Betty y Miriam
están almorzando sentadas a una mesa. La criada y la niña conversan
animadamente.
Miriam: Betty… ¿Te
puedo preguntar una cosa?
Betty: Tú dirás,
cariño… (Tomando un vaso de coca cola)
Miriam: ¿Por qué no
me parezco a mi mamá?
En ese momento
Betty escupe la coca cola, casi se ahoga, pues ella sabe que la niña es
adoptada.
Betty: ¿Por, por
qué me preguntas eso?
Miriam: Es que… es
que Cinthia dice que no me parezco en nada a mi mamá, y la verdad no sé,
tampoco me encuentro parecido con mi papá, bueno los ojos tal vez pero…
Betty: Ay mi niña,
no hagas caso de esa mocosa, esa Cinthia es tonta del culo, te lo digo yo… Tú
ni caso, mi amor, ni caso… (Pensando: Ay madre que esta sospecha algo… no puede
ser)
INT. / MANSIÓN
WINCHESTER, DORMITORIO DE REBECA / DÍA
Michael y Paula
terminan de hacer el amor en la cama. Fuera, en el pasillo, Rebeca deja de
llorar y se limpia las lágrimas en silencio. La joven se arma de valor y abre
la puerta de golpe. Su marido y su amante no pueden creer lo que ven. Rebeca
entra en la habitación.
Rebeca: ¡ERES UN
CERDOOOOOOOOO!!!
Michael: ¡REBECAAAAAA!!!
(Asustado)
Paula: Oh Dios mío…
no puede ser… Es tu mujer.
Rebeca: Claro que
soy su mujer, desgraciada. ¡Eres una vagabunda! ¡UNA AUTÉNTICA ZORRA!!!!
Michael: Rebeca, mi
amor… (Se pone un bóxer)
Rebeca: ¡Cállate,
maldito bastardo! No quiero escucharte… Me dan asco… En mi propia casa, en mi
propia cama. ¡ERES UN DEGENERADO!!!!
Michael: Cariño…
por favor… (Se le acerca)
Rebeca: ¡No me
toquessss!!! (Histérica le suelta una bofetada que le cruza la cara)
Michael: ¡AHHHH!!!!
Paula: Esta mujer
se volvió loca… Michael. (Se levanta de la cama envuelta en las sábanas)
Rebeca: Cierra esa
boca asquerosa de golfa que tienes, Paula… porque no respondo.
Paula: ¿Qué vas a
hacer, me vas a pegar, estúpida? Mira Rebequita, si tu marido se buscó otra es
porque tú no le darías lo que necesitaba.
Rebeca: ¡Cállateeeee!!!!!!
Te abrí las puertas de mi casa para que
ayudaras a mi hija y así nos lo pagas… ¡Revolcándote con mi marido!!! ¡Te voy a
matar, desgraciada, te lo jurooo!!!! ¡Te voy a matarrrr!!!!
En ese momento,
Rebeca, como si estuviera poseída por el demonio, le pega una bofetada a la
mexicana y rápidamente la agarra a Paula del cabello y la jalonea con mucha
fuerza, como si quisiera dejarla calva. Escuchamos música incidental.
Paula: ¡AHHHHHHHHHHH!!!!
¡Ayúdame Michael, tu mujer está locaa!!! AHHHHHHHHH!!!!!!
Michael: ¡Suéltala,
Rebeca, que la sueltes!!!!
Pero nuestra
protagonista logra sacar a Paula del dormitorio casi a la rastra. Michael se
pone un pantalón mientras, muy nervioso. En el pasillo Rebeca sigue tirando del
pelo a Paula con tal fuerza que la mexicana grita de forma desgarradora.
Paula: ¡AHHHHHHHHHHHH!!!!!!
Rebeca: Ahora mismo…
te vas de mi casa… ¡AHORA. MISMOOOOO!!! (Arrastrándola del cabello)
Paula: ¡AHHHHHHHHHHHHH!!!!!!
La villana chilla
de dolor, Rebeca la va arrancar la cabellera de cuajo. Michael sale y logra separarlas.
Michael: ¡Ya
bastaaaaaaaaa!!! ¡BASTA!!!!
Rebeca: ¡SUÉLTAME
DESGRACIADOOO!!
Nuestra protagonista
le pega una brutal bofetada con la mano vuelta a Michael, la cachetada es tan
fuerte que su sonido llena la escena. Rebeca rompe a llorar desconsolada y sale
corriendo, bajando las escaleras a toda prisa. Michael va tras ella.
Michael: ¡Espera
Rebeca, espera mi amor!!!!
Pero la joven logra
salir de la casa, subir a su coche y arrancar a toda prisa. Michael no consigue
alcanzarla en la calle. Dentro de la casa, Paula se resiente del cabello,
furiosa. Michael entra en la mansión de nuevo. Paula baja las escaleras.
Paula: ¡Esa tipa es
una psicópata!!!! ¡Está locaaaa!!! ¡LOCAAAAAAAAA!!!!
Michael: ¡Ya es
suficiente! ¡Se acabó! Maldita sea… esto no puede estar pasando. ¿Qué vamos a
hacer ahora?
Paula: ¿Vamos? Eso
suena a mucha gente, tú verás lo que haces porque yo… me largo de aquí. (Ya
vestida se marcha muy enojada e indignada)
En la sala, Michael
se lleva las manos a la cabeza, muy preocupado.
INT. / COCHE DE
REBECA / DÍA
Rebeca conduce su
auto demasiado rápido, a mucha velocidad. La joven va llorando destrozada al
volante. Rebeca no puede creer que su marido la haya sido infiel nada menos que
con la madre biológica de Miriam. La joven, inmersa en un mar de lágrimas, pone
rumbo al aeropuerto. Sabe que John se iba hoy pero no él no se quiso despedir.
Rebeca siente que debe hablar con él, que debe contarle todo.
Rebeca: No te vayas
John, tienes que ayudarme, necesito a mi amigo, a mi mejor amigo… (Llorando al
volante)
Escuchamos música
incidental. Rebeca llega finalmente al aeropuerto. La joven se baja del coche y
da un portazo. Rebeca corre hacia la terminal a toda prisa. Se le rompe un
tacón y sin pensarlo rompe el otro para seguir corriendo a toda velocidad.
INT. / AEROPUERTO
DE TORONTO, ZONA DE SALIDAS / DÍA
John escucha el
anuncio de su vuelo, está a punto de cruzar los controles de seguridad. Ya ha
facturado sus maletas.
Megafonía: Atención
por favor, señores pasajeros del vuelo Air Canadá 8975 con destino Dubai,
embarquen por puerta B17, Dubai, puerta B17.
John: Es mi vuelo…
bueno pues… adiós Canadá… Hasta pronto…
Justo cuando John
está a punto de cruzar los controles de seguridad, vemos a Rebeca corriendo
entre la gente, llorando desconsolada, con los zapatos ya sin tacones, casi
cojeando. Rebeca ve a John y empieza a gritar, a llamarle.
Rebeca: ¡JOHNNNN!!!
¡JOHNNNNNN!!!! ¡No te vayas por favor!!!
¡Esperaaaaa!!! (Llorando)
Pero John no dice
nada, solo piensa en silencio.
John: Debo irme…
esto no puede ser… No puede ser… (Cruzando los controles)
Rebeca llega casi
sin aliento y trata de cruzar pero los guardias no la dejan.
Rebeca: ¡Por favor
John! ¡No te vayas! Necesito hablar contigo, es importante. Por favor…
(Llorando)
Al otro lado de la
valla, John le responde.
John: ¿Qué quieres?
¿A qué viniste? Quedamos que no habría despedidas. (Con lágrimas en los ojos)
Rebeca: No te vayas
por favor, escúchame… por favor… (Llorando)
John: ¿Qué pasa,
por qué estás así?
Rebeca: Michael,
Michael me engaña con Paula.
John: ¿Quéee? (Cruzando
los controles de nuevo hacia ella)
Rebeca: Los pillé en la cama, en mi propia casa… John. (Destrozada en lágrimas)
John: Dios mío… (La
abraza sin pensarlo) Lo siento, lo siento mucho de verdad.
Rebeca: No me dejes
ahora por favor… ahora no… no sé que voy a hacer sin mi amigo. (Llorando entre
sus brazos)
John: Rebeca… (Casi
llorando como ella)
Ambos se quedan
abrazados así en silencio, todo el mundo les mira. Escuchamos música
incidental.
CONTINUARÁ…
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